Textos claves:
(Ef.2:1-6) (Ro.5:2) (Tit.3:5) (Is.60:1)
UNIDOS
CON CRISTO
La fusión entre
Cristo y el creyente es la base fundamental sobre la que se apoya el resurgir
del nuevo hombre. Esa fusión tiene su punto mas fuerte en la expresión del
apóstol Pablo: “El que se une al Señor, es un espíritu con él” (1 Co.6:17).
Hemos sido unidos
con Jesús en su CRUCIFIX1ON. “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente
con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos
más al pecado” (Ro.6:6)
Hemos sido unidos
con Jesús en su MUERTE. “¿O no
sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte?” (Ro.6:3).
Hemos sido unidos
con Jesús en su SEPULTURA. “Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva” (Ro.6:4).
Hemos sido unidos
con Jesús en su RESURRECCIÓN. “Porque
si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también
lo seremos en la de su resurrección” (Ro.6:5).
“Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también
resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los
muertos” (Col.2:12).
Hemos sido unidos
con Jesús en su EXALTACION. “y
juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús” (Ef.2:6).
Esta unidad con
Cristo tiene unos resultados asombrosos en nuestras vidas presentes y futuras.
RESULTADOS
DE ESA UNION
1. Nuestro cuerpo
de pecado ha sido reducido a la impotencia (En Ro.6:6
“destruido” en las notas alternativas de la Biblia de las Américas se traduce
por “reducido a la impotencia”). Ya no somos esclavos del pecado, hemos muerto
al pecado. “Así
también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro”
(Ro.6:11).
2. Hemos recibido
la vida de Dios (Zoé).
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la
corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra
carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es
rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos)” (Ef.2:1-5). “Y este es el testimonio: que Dios nos ha
dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo,
tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Jn.5:11,12).
3. Hemos recibido
entrada a la esfera de la gracia. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio
de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la
fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de
la gloria de Dios” (Ro.5:2). Por esta
gracia recibida reinamos en vida. “Pues
si por la trasgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida
por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don
de la justicia” (Ro.5:17).
4. Hemos sido
llamados por la gracia. “Estoy
maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia
de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (Gá.1:6). Esta
gracia es más fuerte que el pecado. “Pero
la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia” (Ro.5:20). “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo
Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,
habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui
recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que
es en Cristo Jesús” (1 Ti.1:12-14).
5. Hemos recibido
salvación (Ef.2:8).
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su
amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Ti.3:5). Una
salvación muy grande y completa que abarca a toda necesidad (Heb.2:3 y 7:25) y
que incluye: reconciliación. El ministerio de la reconciliación (2Co.5:18-21).
Libertad de condenación (Ro.8:1). Sanidad. Liberación. Mente sana. Ser guardado
del mal. Provisión. Un abogado (1 Jn.2:1). Un intercesor continúo (Ro.8:34) (Heb.7:25). Un Sumo Sacerdote
(Heb.4:14 y 9:15).
CONSECUENCIAS
Cuando un creyente
entiende su unión con Cristo, y ve los resultados que se derivan de esa unión,
la consecuencia lógica será un levantamiento en fe para resplandecer,
comenzando en el lugar donde se encuentra. “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de
JHWH ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la
tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá JHWH, y sobre ti será
vista su gloria” (Is.60:1-2).
Virgilio Zaballos -
ESPAÑA
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