LA
ASCENSIÓN
“Y habiendo dicho
estas cosas, viéndole ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de
sus ojos. 10Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre
tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con
vestiduras blancas. 11los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado
de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al
cielo”.
Hechos 1:9-11
Jesús pasó cuarenta
días después que resucitó y se manifestó a Sus discípulos; a Pedro
una vez y a más de 500 juntos. En otras palabras, había cientos de
testigos que independientemente podían confirmar que Jesús había resucitado. El
cuerpo no había sido robado como los líderes religiosos dijeron. No, Él se había
manifestado en varios lugares tanto a mujeres como a hombres.
Para Pedro esto fue
extremadamente importante. Tuvo una segunda oportunidad. Su triple negación en
el patio de la casa de Caifás se convirtió en una triple afirmación en la orilla
del lago de Genesaret. Ahí fue llamado de nuevo, en el mismo sitio donde fue
llamado la primera vez. La experiencia que ya había olvidado, cuando las redes
se le rompieron al echarlas donde Jesús le indicara, ahora podía experimentarla
de nuevo. Pero su afirmación no era una tórrida confesión de fe, sino una
confirmación de su amor: “Si, Señor, Tu sabes que te amo” (Juan
21:16). Y la comisión: “Pastorea mis ovejas”. Así de total y
rápidamente Dios perdona y restablece.
Y llegó el último
mandamiento, el que quita y rompe todas las vallas o
muros:”Id, y haced discípulos a todas las naciones. Predicad y
estas señales os seguirán” (Marcos 16:15-17). De repente,
toda la enseñanza y toda la formación recibidas quedaron asentadas en su justo
contexto. Ahora lo habían entendido.
Y entonces,
mientras ellos le miraban, fue alzado al cielo en una nube. Lo
último que vieron fueron Sus benditas manos. Él volvió a Su Padre, a Su Dios y a
nuestro Dios. Él subió a los cielos, para volver después en la
misma nube que le recibió al ascender. Ahora, empieza la aventura.
Ulf Ekman
ORACIÓN: Gracias
Señor porque Tú nunca nos dejas huérfanos. Tú tienes todo en Tú mano. Tienes
todo el poder en el cielo y en la tierra. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!