viernes, 6 de abril de 2012

DEVOCIONAL DÍA 3 DE ABRIL



TOMA TU CRUZ



“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.

Mateo 16:24-25



Mientras Jesús caminaba hacia Jerusalén comenzó a hablar también respecto a la cruz. La cruz era un instrumento de ejecución. Simbolizaba la muerte. El tomar la cruz sobre sí es morir a sí mismo. Esto no significa que carecemos de valor. Somos muy valiosos pero el camino para ser lo que Dios quiere que seamos pasa por la cruz. La cruz es el camino no la meta. En Lucas 9:23 se dice que tenemos que tomar la cruz cada día. O sea, esto no es un hecho aislado. A causa de la naturaleza carnal de cada creyente, de cada discípulo, el egoísmo tiene muchas oportunidades de aflorar nuevamente. La victoria sobre el egoísmo pasa por la cruz, lo que conlleva negarse a sí mismo, resistir y morir a los impulsos que quieren proteger, consolidar, exaltar y difundir el ego. En el mundo funciona que lo que se toma, se tiene; el que conserva su vida la mantiene. Muy a menudo la vida es una larga lucha entre diferentes egos y los derechos individuales. En el reino de Dios se cosecha cuando se siembra, cuando das, cuando sueltas lo que retienes. A Abraham se le prometió la tierra prometida. Lot se arrogó la mejor parte. Abraham no luchó por sus derechos, pero Dios sin embargo se los dio todos. Por el contrario Lot perdió todo. Aquel que quiera salvar su vida la perderá. Los cristianos fácilmente se ofenden. Piensan que otros han tomado su posición o recibido la atención y el enaltecimiento que les pertenece y se sienten minusvalorados o heridos. Pero si uno está muerto a la vanagloria de esta vida, al poder de la ambición, a la necesidad de estar continuamente siendo el centro de la atención y en el control, recibiremos, a pesar de todo, lo que Dios quiere que tengamos. Perdiendo se gana.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Señor, no permitas que nada sea más valioso para mí que Tú. Ayúdame a seguirte de acuerdo a tus condiciones, no a las mías. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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