lunes, 30 de abril de 2012

DEVOCIONAL DÍA 28 DE ABRIL



SE FUE A CASA SORPRENDIDO


“Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido”.


Lucas 24:12


Ahora todo acontece con rapidez. Las mujeres fueron corriendo a ver a los discípulos. Pedro y Juan corren al sepulcro. Mientras, María estaba fuera llorando cuando Jesús se aparece a ella. En principio María no le reconoce, pero cuando Él le dice:”María”, ella reconoce su voz, Su claridad, Su autoridad, Su amor. Verdaderamente es Él, pero no permite que le toque. Tenía que ir a Su Padre y como Sumo Sacerdote resucitado rociar todo el cielo con Su sangre redentora para después y por la eternidad sentarse en el Trono de la gracia en el cielo.

Juan llegó primero al sepulcro, pero Pedro entró y bajó a él primero, después entró Juan y viendo creyó. (Juan 20:4-10). Los lienzos estaban doblados y el sudario de Su cabeza enrollado aparte. En medio de esa explosión de poder de la resurrección todavía se guarda el orden y la atención al detalle.

Pedro quedó sumido en un asombro profundo y se fue a su casa. Más tarde vinieron algunos de los discípulos y contaron con entusiasmo que habían hablado y andado con Jesús de camino a Emaús. Más asombro. La luz se hace mucho más clara para Pedro, pero Tomás duda. Entonces, y a través de puertas bien cerradas, Jesús entra y les dice: Shalom Alechem” (La paz sea con vosotros). Una frase común, pero en una situación poco corriente. Jesús les muestra Sus manos y los discípulos se alegran, y asombrados aún les cuesta creer lo que ven. Una y otra vez, tanto en Jerusalén como en Galilea, Jesús se aparece a ellos, habla con ellos y les da instrucciones. Tomás creyó y Pedro fue restablecido. ¡Todo comienza de nuevo! ¡No era el final! ¡Esto no había hecho más que empezar!


Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor porque cuando la esperanza en el hombre se apaga y su capacidad toca fondo, entonces Tú no has hecho más que empezar. Cada puerta cerrada Tú la atraviesas. Cada mente cerrada Tú la puedes abrir por el poder de Tu resurrección. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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