EL ENLOSADO
(Juan
19:13)
Mas ellos instaban
a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los
principales sacerdotes prevalecieron.24Entonces Pilato sentenció que
se hiciese lo que ellos pedían”.
Lucas 23:23-24
Jesús permaneció en
silencio ante sus acusadores, “como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isaías
53:7). Esto no quiere decir que no hablaba en absoluto. Quiere decir que no se
defendía. Jesús dijo algunas palabras, sobre todo a Pilato.
Primeramente proclamó que Su reino no era de este mundo. De este modo Él admitía
que era rey pero de una naturaleza diferente. El sueño de la esposa de Pilato
confirmaba lo que él ya sabía, que Jesús era justo. El mismo Pilato tenía una
aversión instintiva de juzgar a este hombre, pero la presión contra Él se
intensificó.
¿Qué será lo que
piensa Herodes? ¿Qué dirán en Roma? Eran preguntas sumamente delicadas. Su
carrera se debía enteramente a favorecer al César. Pilato además no era más que
un intermediario, un hombre que está para obedecer órdenes. Él no podía
eludirlo. La responsabilidad era suya. Sólo él podía pronunciar el veredicto.
Los sacerdotes miserables sabían exactamente dónde estaban sus puntos débiles.
Por ello trataron de persuadir a la multitud para exigir que
soltaran a Barrabás, un rebelde y notorio criminal. Pilato jugó fuerte cuando de
acuerdo con la costumbre de cada Pascua quiso soltar un preso. Los principales
sacerdotes se habían burlado de él y el pueblo gritaba de tal manera que le
producía nauseas:”Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos”
(Mateo 27:25).
Sí, tal vez deba
ser así, pensó furioso, y ordenó que le trajeran agua.
Primero juzgó y luego se lavó las manos. Era en vano, el agua no podía
lavar la decisión que había tomado. Pilato, por su debilidad, miedo e indecisión
humana, era el responsable del peor juicio de asesinato de la historia. El
juicio en El Enlosado no se pudo cambiar.
Ulf Ekman
ORACIÓN: Dios
mío, gracias porque Jesús fue condenado por mí. El castigo cayó sobre Él para
que yo pueda tener paz. El juicio injusto se convirtió en mi justificación.
Gracias en el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
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