lunes, 2 de abril de 2012

DEVOCIONAL DÍA 1 DE ABRIL



HACIA JERUSALÉN


“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”.


Mateo 16:21


Desde el momento que Pedro confesó a Jesús como Mesías, Jesús comenzó a enseñar a sus discípulos acerca de cómo era el Mesías y lo que iba a hacer. Esto era algo nuevo para ellos. ¡Que Jesús había de padecer, morir y al tercer día resucitar! Era una imagen muy diferente a la del Mesías reinante, el Hijo de David, que se sentaría en Su trono en Jerusalén. Todo el pueblo estaba familiarizado con esa imagen del Mesías: muchos pretendían hacer a Jesús rey por la fuerza, marchar hacia Jerusalén y expulsar a los romanos. Aún estaba viva en muchos la memoria del levantamiento de los macabeos, los cuales expulsaron a los opresores extranjeros y devolvieron la independencia por un corto tiempo al pueblo judío. Tal vez podía suceder de nuevo. Jesús pudo demostrar todas las señales sobrenaturales que según la Escritura seguirían al Mesías.

Pero morir en Jerusalén, esto era algo nuevo. Claro que muchos profetas habían muerto en Jerusalén, pero nunca habían afirmado ser el Mesías, y menos aún, ¡resucitar! Los discípulos oían pero a pesar de ello no oían. Escuchaban pero no entendían. Después de Su resurrección se acordaron que había dicho que resucitaría, pero ahora era como si estuvieran obnubilados. Sólo en el rostro de Jesús podía leerse que esto era verdad. Todo Su ser se volvió hacia Jerusalén y se preparó para lo que iba a acontecer.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Dios mío, tus caminos no son nuestros caminos. Ellos son mejores. Gracias Jesús que no retrocediste sino que fuiste todo el camino por nosotros. En Tu Nombre ¡AMÉN!

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