jueves, 26 de abril de 2012

DEVOCIONAL DÍA 24 DE ABRIL



LAS SIETE PALABRAS DE JESÚS


“Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”


Mateo 27:46


Durante las tres horas de intenso sufrimiento Jesús pronunció sus siete últimas palabras.

I. La primera palabra de Jesús fue:”Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Jesús citó el Salmo 22:2 cuando experimentó lo inevitable. Dios no mora donde hay pecado, sino que lo condena. Jesús cargó con el pecado, por eso el Padre apartó su rostro de Él y las garras de la muerte con toda su vehemencia le atacaron. Para el pecador la muerte significa separación de Dios, ahora Jesús experimenta esto cuando carga con nuestro pecado sobre la cruz.

II. La segunda palabra de Jesús: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:24). Desde Su corazón fluye la bondad, el amor, la misericordia y el perdón.

III. La tercera palabra de Jesús: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Jesús sabe a dónde se dirige y se lleva al ladrón con Él. Ladrones somos todos, que sin merecimiento alguno, hemos recibido gracia en el último minuto.

IV. La cuarta palabra de Jesús: “Mujer, he ahí tu hijo… He ahí tu madre” (Juan 19:26-27). Hasta el final Jesús se preocupa por los demás. No existe ningún amor a Dios que no contenga el amor al prójimo.

V. La quinta palabra de Jesús: “Tengo sed” (Juan 19:28). Se había negado a beber vino mezclado con hiel; esta bebida era por un lado ofensiva y por otro contenía propiedades analgésicas. El sufrimiento había que pasarlo, no se trataba de evitarlo. Sí aceptó el vinagre que le ofrecieron con una esponja envuelta en una rama de hisopo. En la cruz Jesús bebió y apuró hasta el final la copa que había aceptado en Getsemaní.

VI. La sexta palabra de Jesús: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). En medio de toda la oscuridad, Dios sigue siendo Dios y Jesús se entrega a la misericordia y bondad del Padre en plena confianza de que no le dejaría en la muerte, sino que le resucitaría después de haber soportado un gran sufrimiento.

VII. La séptima palabra de Jesús: “Consumado es” (Juan 19:30). ¡Hecho está, se ha realizado, se ha resuelto, la deuda ha sido pagada, el pecado está expiado!


Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor porque perseveraste hasta el final cuando llevaste mi pecado y terminaste lo que yo no podía hacer. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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