miércoles, 31 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 30 DE AGOSTO


ABUNDANTE GOZO

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe:” Gálatas 5:22.

El segundo de los frutos es
el gozo. Casi nada es más precioso que el gozo.

Nada es más contagioso que la risa. Nada es tan liberador como una

persona alegre, gozosa. Nada está más unido a la fe cristiana como la

alegría, el gozo. El Evangelio es la gozosa noticia. El Evangelio no se predica

en tono menor, ni con un matiz de enojo, o con un toque de amargura

basada en la propia justicia. Jesús me imparte gozo en lo profundo, en las

raíces de mi corazón. El gozo echa fuera el desaliento, la desesperanza y los

pesados vapores de la depresión. El gozo me levanta del hoyo de la

desesperación y me hace ver la vida desde otra perspectiva.

El profeta Habacuc vio que la higuera no florecía, y que las vides no

producían fruto y que en el olivo faltaba el producto y los labrados no

daban mantenimiento. Que las ovejas eran quitadas de la majada y no

había vacas en los corrales:
“Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me

gozaré en el Dios de mi salvación” (Habacuc 3:17-18).
Había gozo a

pesar de las terribles circunstancias. Pero el profeta Isaías habló de un gozo

que vendrá en el último tiempo: la alegría de la fiesta de la cosecha.
“…Se

alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan

cuando reparten despojos” Isaías 9:3.
Nada hay que satisfaga tanto el

corazón como la cosecha, y vamos a ver la cosecha en el mundo. Esto

producirá un gran gozo al cuerpo de Cristo. Una cosecha gozosa como

nunca antes ha habido.

Cuando Pablo escribió la carta a los Filipenses repitió la palabra gozo 15

veces. La escribió desde la cárcel y vez tras vez insta a los filipenses a que

se regocijen. Les dice:
incluso en mis prisiones estoy gozoso, así que

gozaos siempre vosotros:”
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez

digo: ¡Regocijaos! Filipenses 4:4.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor porque el gozo está en Ti, no en el éxito

sobre las circunstancias. Gracias Señor por las reservas de gozo que

hay dentro de mí a través de tu Santo Espíritu. Llevo el gozo

conmigo donde quiera que vaya. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

lunes, 29 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 29 DE AGOSTO

EL FRUTO DEL ESPÍRITU ES AMOR

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe,
mansedumbre, templanza… Gálatas 5:23-23ª.

El fruto del Espíritu viene de la vida del Espíritu. La vida del Espíritu viene

del Espíritu de Dios que mora en nuestro espíritu, nuestro corazón, nuestro

ser. Desde ahí fluye la vida hacia el exterior. Como la savia sube y da vida a

todo el árbol hasta la más diminuta rama u hoja, así el Espíritu de Dios da

vida a los creyentes. Esta vida produce frutos en nosotros. Estos frutos

provienen de la naturaleza de Dios, Su carácter. El fruto del Espíritu es el

rasgo característico y propio de Dios que pasa directamente a sus hijos. El

principal de ellos es Su amor. Es el resumen de la Ley. La cohesión del reino

de Dios. Es la fibra vital de todo lo que Dios hace y es:
ÉL ES AMOR.

El amor está dirigido hacia dos vertientes. Hacia Dios y hacia los demás. El

amor también está alejado de dos cosas, del
ego carnal y de la esencia del

mundo que es
el pecado. El amor no es lujuria. La lujuria es el placer

sensual que usa a otra persona para satisfacerse a sí misma. La lujuria

nunca está satisfecha. El amor se trasmite como una fuerza que tiene al

otro por objetivo, no como medio. Rápidamente se satisface porque no

tiene exigencias. El amor fue derramado en nuestros corazones en el nuevo

nacimiento. Sin el amor de la nueva vida nunca podríamos permanecer en

Dios. Le abandonaríamos y nos dedicaríamos exclusivamente a nosotros

mismos. Pero Dios ha implantado Su amor en nosotros. Esto nos guarda de

nosotros mismos, y si permitimos que crezca como un fruto en nuestra vida

muchos vendrán a comer de él y serán bendecidos.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tú deseas que crezca en tu amor.

Permite que tenga mucho fruto en mi vida para que verdaderamente

pueda ser una bendición para otros. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 28 DE AGOSTO



PODER AMAR A NUESTROS ENEMIGOS


“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” Mateo 5:44.


El amar a los amigos va bien. Lo peor es a los enemigos o aquellos que te hacen la vida imposible. Pero cuando el Señor ocupa toda mi atención en Si mismo, el amor fluye con más libertad. La resistencia a perdonarme a mí mismo está envuelta en una falsa superioridad moral. Yo debo entender que estaba en bancarrota cuando el Señor vino a mí. Pero cuando hemos tocado fondo, al final, Jesús está ahí diciéndonos: “Quieres seguir mirándote a ti mismo o quieres mirarme a Mí”. Cuando permites al Espíritu Santo ayudarte para poner tu vista en Jesús, quien dijo:”Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34), y miras a Sus ojos, recibes el poder que viene de Él para poder perdonarte a ti mismo. De la quiebra pasas a la restauración.

A partir de ahí, uno tiene otra imagen de los demás. No son por más tiempo un medio, sino una meta. No son una amenaza, sino una oportunidad. No nos arruinan los planes, sino que ellos son los planes. Después, cuando nos encontramos con personas difíciles, problemáticas, irascibles, vulgares y hostiles al momento surge en nuestro interior, no del exterior, la comprensión de que se han cruzado en mi camino para bendecirlos. Ahora hay una libertad en mi ser que hace que no vea todo en primer plano y disociado, o sea, amenazante y rechazable. Esos que llegan, son personas que ama el Señor y Él me da el poder para algo más que soportar. Poder para amar, para responder de acuerdo al reino de Dios no a mi reino. Desde lo mejor de Dios, no desde mi esfuerzo. De acuerdo a los propósitos de Dios, no a mis fines. El egoísmo con todos sus temores de que se pueda tejer una cápsula alrededor de nuestra vida y la asfixie, explota, y el amor de Jesús brota incalculablemente. El río de la vida se encuentra ahora con todos los que hay dentro de su cauce.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Te doy gracias Señor porque en Ti no hay nadie que no sea digno de ser amado. Ayúdame a vivir de esta manera. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 27 DE AGOSTO

PERDÓNATE A TI MISMO

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” Mateo 22:39b

Muchos pueden perdonar a los demás y hasta aceptan el perdón de Dios,

pero a pesar de ello no se perdonan a sí mismos. Tal vez te has puesto en

ridículo a los ojos de otros. Tal vez te has presentado así ante las demás

personas. Has perdido sus oportunidades o incluso las has destruido. Y

ahora, sientes como que el tren ha pasado, que la vida se ha esfumado y

no puedes perdonarte a ti mismo. Pero esto es erróneo. ¿Acaso somos más

grandes que Dios? Si Dios puede perdonarnos ¿por qué no podemos hacerlo

nosotros mismos? Puedes sentirte aún peor cuando caes en pecado, te

levantas, caes de nuevo y vuelves a levantarte solamente para caer una y

otra vez. Al final uno solamente desea abandonar y darse por vencido hasta

el punto de casi caer en un pecado aún más grave, aunque uno mismo lo

aborrezca. Así se aumenta el desprecio y la vergüenza de uno mismo. Esto

puede aumentarse hasta el odio o la autodestrucción por querer castigarse

a sí mismo.

Uno sabe que Dios es bueno, pero pone de manifiesto todas sus caídas en

pecado como una muestra de que no es digno de ser amado. Justamente

esta es la idea destructiva:
no soy digno de ser amado. Uno cree que no

es digno de quererse a sí mismo. Ahí está la raíz. En la autoestima o el

amor propio se encuentra escondido el legalismo. Creemos que debemos

ser de una manera que podamos ser dignos de ser amados. Para mí mismo

debo hacer méritos de amor propio, pero nunca hago lo suficiente, de

manera que solo queda el auto-desprecio. Una y otra vez me presiono, me

paralizo y me deprimo, para finalmente darme por vencido.

Pero en medio de todo esto brilla el sol de la gracia y del amor. A pesar de

tus debilidades, a pesar de tus errores, y tus caídas en pecado, brilla el

amor de Dios sobre ti. Él verdaderamente te ama y puedes amarte a ti

mismo, entonces podrás amar a los demás.

Ulf Ekman
ORACIÓN:
Señor, líbrame de mi mismo para que cuando me mire, te

vea a ti en mi lugar, porque en ti y no en mí, se encuentra la

esperanza. En el Nombre de Jesús

sábado, 27 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 26 DE AGOSTO

LA GRANDEZA DEL PERDÓN

“Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti,

repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
4Y si siete veces al día

pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me

arrepiento; perdónale” Lucas 17: 3-4.

Existe un gran poder en el acto de perdonar. Sin el perdón nunca

hubiéramos tenido contacto con Dios, y mucho menos comunión con Él. En

el corazón de Dios estaba el perdón cuando por amor envió a Su Hijo al

mundo. Cuando Jesús realizó Su obra en la cruz abrió el camino al Padre

para que al hombre le fuera perdonado su pecado; sus más viles pecados.

El perdón ha sido ya otorgado. Por medio de la muerte redentora de

Jesucristo todos los seres humanos están incluidos.

Hoy todos los hombres están perdonados de todos sus pecados. La

pregunta no es si Dios quiere perdonar. La pregunta es si nosotros

queremos aceptar el perdón que ya nos ha sido dado. El problema no es

que Él no está dispuesto, sino nuestra resistencia a humillarnos y recibirlo.

De la misma manera como Él nos ha perdonado, nosotros debemos

perdonar a los demás. Debemos borrar las ofensas del registro donde las

guardamos. No podemos ni debemos estar continuamente trayendo a la

memoria los errores o faltas que otros han cometido contra nosotros. Esto

solo destruirá nuestra propia vida. Siempre habrá cosas que otros han

hecho contra ti. No las tengas en cuenta contra ellos. Por el contrario,

perdona de antemano y cuídate de echarlo todo al mar del olvido lo antes

posible. Si no, tu mente sufrirá decepción, sospecha, cinismo, amargura y

por fin, perderás la alegría en tu vida. La oposición y falta de cooperación

de los demás no detiene el plan de Dios para tu vida. ¡Pero la falta de

perdón sí! Y nunca olvides que por mucho que tú perdones, es como una

brizna de polvo en comparación con lo infinitamente más que Dios te ha

perdonado a ti.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Padre por tu perdón infinito. Vez tras vez has

perdonado mis faltas y fracasos. No tengo suficientes palabras para

darte gracias por tu amorosa generosidad al perdonar y olvidar mis

pecados. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

viernes, 26 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 25 DE AGOSTO


LOS CREYENTES EN TODOS LOS TIEMPOS

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan

grade nube de testigos,…” Hebreos 12:1

Son muchos los que nos han precedido. Alguien dijo que:
“nosotros vemos

más allá que ellos porque estamos sentados sobre sus hombros”
. Somos

como enanos en comparación con alguno de estos gigantes, pero al estar

“sentados”
sobre sus hombros podemos ver mucho más allá que ellos. El

Cuerpo de Cristo –la Iglesia- no está compuesto sólo de los que vivimos

hoy, sino de todos los creyentes, los santos, que han vivido en todos los

tiempos y lugares de este mundo. Por eso la Iglesia es Universal. Está por

todas partes tanto en tiempo como espacio. Está aquí, pero también en el

cielo, allá están aquellos que nos han precedido en la fe y están presentes

hoy día. Juntos formamos un inmenso número de personas. Nosotros

formamos la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Juntos somos el pueblo de Dios, el

templo espiritual. Juntos somos la Vid con sus ramas, el olivo con sus

ramas. Juntos somos la novia de Cristo, pero también Su ejército.

Una imagen sucede a la siguiente. A veces se entrelazan. El Templo crece y

el Cuerpo de Cristo se construye, a pesar de que uno piensa que debiera ser

al contrario. Pero el crecimiento orgánico y la construcción inorgánica van

unidos. Nosotros somos piedras en el Templo a la vez que somos

sacerdotes en el Templo y a la vez nos presentamos como ofrenda. Una

imagen revela algo que falta en la otra, pero todas van unidas.
Todos nos

pertenecemos mutuamente.
No se puede ser cristiano aisladamente.

Nadie vive ni muere para sí mismo. Estamos unidos a todos los creyentes

de todos los tiempos. Todo lo que ellos han experimentado, sentido o

probado en el espíritu nos pertenece. Separados de la Vid nos secamos, en

el cuerpo la vida fluye a nosotros, a través de nosotros y prosigue hacia

fuera de nosotros.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Te doy gracias Jesucristo por haber sido injertado en la

Vid junto con muchos otros. Fuera del cuerpo de Cristo yo no soy

nada, pero en Ti lo tengo todo. En Tu Nombre
¡AMÉN!

jueves, 25 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 24 DE AGOSTO

EL PARTIMIENTO DEL PAN-LA EUCARISTÍA


“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”.

Hechos 2:46


En el primer tiempo, la Iglesia celebraba la Santa Cena con frecuencia en el hogar, en las casas, y a veces diariamente y con una alegría exultante. Esta celebración distaba mucho de las ceremonias rígidas y místicas. Para los discípulos era totalmente obvia e importante esta comida de Pacto. Cuando un pacto se cerraba siempre iba acompañado de una comida de compañerismo o amistad a causa de que se había entrado en el pacto. Primeramente existía una señal, un sello. En el Antiguo Pacto era la circuncisión la cual es irrepetible. En el Nuevo Pacto es el nuevo nacimiento que se representa en el bautismo como señal externa de una gracia interna y que también es irrepetible.

Pero Jesús fue más allá. Quería que viviéramos con Él, en Él y por Él. Comiéramos Su carne y sangre: “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.54El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida” Juan 6:53-55.


Jesús es el Verbo que se hizo carne. El Espíritu es la vida que está en la sangre. En otras palabras: debemos comer Su Palabra y beber Su Espíritu. Esto se representa en la Santa Cena, comida que es una imagen de lo intima, continua, diaria y necesaria comunión con Jesús y Su cuerpo que es la Iglesia. La Santa Cena (Eucaristía) se celebra en comunión con otros -comunidad-. El bautismo se realiza en soledad, bajo el agua, al desnudo ante Dios. Cuando repartimos el pan y el vino unos a otros después de haber leído las promesas del Pacto sobre ellos, compartimos a Cristo con los demás por la Palabra y el Espíritu. No es un ritual mágico, sino es la Presencia de Dios. Jesús está presente para darse a Sí mismo a aquel que al participar de la Santa Cena en fe, recibe las promesas junto con el pan y el vino. Las promesas del Nuevo Pacto son todas las bendiciones que pueden hacerse realidad en nosotros, de la misma forma que el pan a través del sistema digestivo se une a nuestro cuerpo físico.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Gracias Señor porque diariamente tienes pan para mí. Por tus promesas soy partícipe de ti y cuando las como, se hacen parte de mí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

miércoles, 24 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 23 DE AGOSTO


BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO


“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre de Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Mateo 28:19


Cuando Jesús dio la Gran Comisión nos ordenó bautizar a los nuevos discípulos en el Nombre del Dios Trino. Es obvio que el bautismo es muy importante, de lo contrario nunca se hubiera preocupado de incluirlo entre las cosas finales que dijo antes de dejar este mundo. Cuando una persona acepta a Jesús obtiene el derecho de ser hijo de Dios:”más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12. Pasamos de muerte a vida y no venimos a condenación. “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” Juan 5:24. Hemos muerto con Cristo y hemos resucitado con Él por la fe. Hemos nacido de nuevo, nacidos del agua y del Espíritu. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos” Juan 3:5. El apóstol Pablo en la epístola a Tito 3:5 describe el nuevo nacimiento y el Espíritu de Dios en nosotros como un lavamiento:”…por el lavamiento de la regeneración (nuevo nacimiento) y por la renovación en el Espíritu Santo”.

El lavamiento interior y el lavamiento del Espíritu, ambos nos limpian de nuestra vieja vida y crean la nueva en nosotros. Lo que el Espíritu hace en el lado interno por el lavamiento del nuevo nacimiento (“la regeneración”), quiere que lo hagamos nosotros en el lado externo por el bautismo en agua. Cuando permitimos ser bautizados Jesús está con nosotros, justamente como el Espíritu vino sobre Jesús cuando fue bautizado. El Espíritu de Dios está cerca de nosotros a través del bautismo y de las promesas que aceptamos por fe, y en esta cercanía queda enterrado el hombre viejo de una forma especial, no a través de algún tipo de ritual mágico, sino por la fe; por débil y poco desarrollada que esta sea ha respondido al mandato del Evangelio: cree en Jesús y ahora obedece el mandato de la necesidad de bautizarte: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” Marcos 16:16.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Señor, ayúdame a comprender y apreciar justamente mi bautismo. Que sea el punto de partida de mi vida contigo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

lunes, 22 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 22 DE AGOSTO


EL BAUTISMO EN AGUA

“Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco:

Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?”.

Hechos 8:36

Aquí parece que el eunuco pide ser bautizado. En el versículo siguiente, el

treinta y siete, que por lo general se deja al margen, dice:
“Felipe dijo: Si

crees de corazón, bien puedes…”
Aquí está el punto clave y aquí surge

una batalla espiritual. ¿Cuáles son los requisitos para el bautismo, a quién

se aplica, qué sucede y cómo funciona? Esto ha inquietado las mentes de

muchos creyentes durante siglos. A lo largo de la historia de la Iglesia se ha

debatido el bautismo. Las luchas han sido arduas y las personas han llegado

a matarse por esta causa. Es por eso que no debemos de tomarlo a la

ligera.

San Agustín dijo del bautismo:
“Es una señal externa de una gracia

interna”.
El agua del bautismo no es diferente de cualquier otra agua, pero

por estar cubierta por la Palabra de Dios y Sus promesas viene a ser

diferente. ¡La Palabra hace de la acción externa y del agua corriente un

medio de gracia! Es un acto simbólico en el que Dios está presente por Su

Espíritu. Es por esto que el bautismo es importante y no debe ser ignorado.

Todo lo que Dios hace es por gracia y recibido por la fe.
Por causa de

que Dios está presente en el bautismo debe ser recibido por la fe.

Una vez que el evangelio ha sido hecho realidad en la vida de una persona,

sea viejo o sea joven, el bautismo toma actualidad para realizarse. El

bautismo es para aquel que es creyente en Jesucristo y a quien debe

administrarse. El bautismo no salva. La fe salva y obedece el mandato de

Dios de permitir ser bautizado como una consecuencia de lo que Dios ya ha

hecho en mi interior. El bautismo no otorga justificación alguna, no realiza

el nuevo nacimiento, sino que el que ha nacido de nuevo, es el que
recibe

de
Dios en el bautismo
. Se despoja de su vida vieja que ha quedado

enterrada y continúa adelante en una nueva naturaleza y una nueva vida en

Cristo Jesús.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor por mi bautismo. Gracias por lo que hiciste

conmigo en el bautismo. Ayúdame a vivir partiendo de la realidad de

mi bautismo, la salvación en Cristo Jesús. En Su Nombre
¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 21 DE AGOSTO



CAÍN Y ABEL


“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.”


                                                                            Hebreos 11:4


¿En qué consistía la diferencia entre el sacrificio de Caín y el sacrificio de Abel? Ambos hicieron su ofrenda. Los dos la tomaron de sus propios trabajos, de su medio de vida, para el sacrificio. A veces se dice que Dios requería como verdadera ofrenda el primogénito del ganado, y no una ofrenda vegetal. Pero más tarde vemos que la Ley ordena ofrendas vegetales, por ejemplo: gavillas de trigo, así que la diferencia no consistía en esto. La diferencia nunca reside en lo exterior, sino en el interior. El verdadero cristianismo no tiene que ver con lo externo. No es la circuncisión externa, sino el corazón circuncidado. No son los actos religiosos externos. Es la fe del corazón.

La ofrenda de Abel agradó a Dios porque Abel creía en Dios. Si uno cree a Dios, no solamente cree en Dios, entonces sabe que no viene a Él en su propio esfuerzo, ni por sus méritos o posibilidades, sino en respuesta y obediencia a la palabra de Dios. Esto fue lo que hizo Abel. Por eso recibe por fe y no por obras el testimonio de que era justo. Es posible venir a Dios con esfuerzos religiosos y apariencias externas, y sin embargo tener un corazón insumiso. Esta actitud es la que representa Caín. Cuando su sacrificio no fue aceptado por Dios entonces mostró claramente lo que había en su corazón. Había decepción, amargura, envidia y fratricidio. Y de lo que su corazón estaba lleno contaminó su vida exterior.

De Caín y Abel salen dos líneas a través de toda la humanidad. Por un lado la justificación por medio de las propias obras, o la de la fe en la justicia de Dios. O bien una religiosidad legalista, o la comunión del corazón con Dios. El primero puede estar cargado de comportamientos religiosos externos, devoción, actos simbólicos y múltiples ceremonias. Al final, en su fuero interno, llegará a ser el asesino de su hermano. La justificación por la fe viene de Dios. Tiene que ver con nuestra vida interior y no tiene su origen en nuestra propia capacidad.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Gracias Señor, porque la vida contigo es la comunión del corazón, no la uniformidad externa o ceremonias. Gracias por una verdadera vida contigo por la fe. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 20 DE AGOSTO


VERDADERA LIBERTAD

“Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto

para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”.

1ª de Pedro 2:16

Por medio de Jesucristo yo he sido hecho libre. Pablo habla mucho de esta

libertad. A veces los creyentes nos inquietamos y creemos que hablamos

demasiado de libertad, pensando que por ello las personas se vuelven

descuidadas y mundanas. Pero no es de ésta libertad de la que habla la

Biblia. La gracia de Dios y la libertad en Jesús jamás me conducirán a algo

que es totalmente contrario a Su naturaleza. La libertad es libertad en el

Espíritu.
Es la libertad que hay donde Jesús está y el Espíritu dirige. Y

el Espíritu no me dirige a una vida mundana y apóstata. Por el contrario, el

Espíritu lo que hace es avivar en mí lo que la Palabra de Dios me ha

revelado.

Tratar de cumplir todo lo que la Biblia dice, es decir, que uno cree en la

Biblia sin que exista la profunda y firme voluntad de seguir a Jesús, solo

crea legalismo. Y donde hay legalismo se dan las personas orgullosas que

se ensalzan a sí mismas por su capacidad religiosa, por otro lado surgen las

personas abatidas y desalentadas por su incapacidad por no poder llegar a

ser como los demás. Ambos comportamientos son egocéntricos y radican en

que yo mismo nunca he entendido profundamente el don de Dios para mí.

Cuando veo la libertad que he adquirido en Cristo, la Palabra de Dios no es

una amenaza, ni algo inalcanzable o una plataforma para presumir. Sino

una revelación del amor de Dios y de la vida espiritual que está puesta a mi

disposición y que Él, con ayuda del Espíritu, quiere guiarme hasta ella para

que sea una auténtica realidad para mí. Esto hace que no sea una falsa

libertad.
Esto hace que la gracia no sea una excusa, sino un poder

maravilloso en el cual pueda vivir día tras día.-

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tú me has hecho libre,

verdaderamente libre, y esta libertad nunca me guía lejos de Ti. En

el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 19 DE AGOSTO



AMOR INCONDICIONAL
“Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que

nos amó…”

Efesios 2:4
La mente humana inconversa y nuestra carne, tienen dificultad para

comprender el amor de Dios. Tenemos muy interiorizado que todo nos lo

debemos ganar. Estamos programados para responder contra las acciones

de otros. Si estas son amables, somos amables. Si son agresivas, nos

ponemos agresivos. Continuamente sentimos la necesidad de reafirmarnos

y podemos pasar años en amargura y rencor si creemos que hemos sido

maltratados. La vida de toda la humanidad parece girar en torno al trabajo

y la recompensa. La zanahoria y el palo, la acción y la reacción.

Debido a que esta condición la tenemos tan arraigada en nuestros genes y

en nuestras mentes, e impregna toda nuestra vida, nos es tan difícil

entender el amor de Dios. Nos cuesta comprender cuán incondicional es Su

amor. Que Dios nos ama con un amor verdaderamente genuino. El nos ama

por amor a Cristo. Él nos ve a través de Cristo. Hemos sido revestidos de

Cristo y cuando Dios nos ve, Él ve a Su Hijo amado en quien tiene Su

complacencia (Mateo 3:17). Y cuando hemos entrado en Su disfrute por

medio de lo que Dios ha hecho por nosotros en la cruz, somos sus amados

hijos e hijas en los que verdaderamente se complace.

Es fácil andar todavía sintiendo culpa en vez de agradecimiento. Mirar

nuestra incapacidad en vez de Su capacidad. Mirar nuestros fracasos en vez

de los éxitos que Él consiguió para nosotros. Solamente cuando en lo

profundo de nuestro ser aceptemos (
esto es fe realmente) que Dios

verdaderamente nos ama, que cuenta con nosotros y quiere tener una

verdadera relación y comunión con sus hijos, debemos primeramente

comprender y recibir el amor incondicional de Dios hacia nosotros. Y

también permitir que ese amor fluya hacia fuera para otros sin que

continuamente demandemos algo a cambio.

Ulf Ekman

ORACION:
Padre querido, gracias porque me amas

incondicionalmente. Gracias porque no exiges la perfección en mí

continuamente sino que Jesús es perfecto para mí. Tú sabes que yo

soy polvo, sin embargo, Tú quieres tener relación conmigo y

usarme. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 18 DE AGOSTO


JUSTOS POR GRACIA
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su

amor para con los hombres,
nos salvó, no por obras de justicia que

nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el

lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu

Santo”.

Tito 3:4-5

Una y otra vez se repite esta verdad en la Biblia: somos salvos por la acción

directa de Dios, no por la nuestra. Está profundamente arraigado en

nosotros, creyentes y no creyentes, que tenemos que ganarnos los dones,

las bendiciones y la aprobación de Dios. ¿Cuántas veces los creyentes no se

han irritado porque Dios usa a otros que no son igual de “santos”,

preparados y ortodoxos como ellos mismos? A menudo hemos declarado

nuestro propio contexto (
denominación) tan santo hasta el punto que nos

resulta difícil creer que Dios pueda usar a nadie que no está dentro de

nuestro contexto. A veces se ha ido tan lejos que no se quiere reconocer

que fuera de nuestro propio contexto (
denominación) alguien pueda ser

cristiano. Por lo menos, un verdadero cristiano, según su propia definición.

Pero para presumir de obras se requiere también un aprendizaje de

conducta, de pertenencia, de grupo, liturgia, ritos religiosos y todo lo

concerniente que pueda presentarse como méritos propios. Los católicos

son acusados muchas veces por la doctrina de las obras, pero da la

casualidad de que esta conducta o esta inclinación se hallan en todos los

contextos (denominaciones). Todos tienen la misma tentación. El mundo

vive de ella. Nuestra carne la anhela. La ley la incita. El Diablo induce a ello.

Todo para que dejemos de mirar a Jesús, para que no contemos con sus

méritos, y dejemos de una vez de contar con el poder liberador de la cruz

de Cristo. Si nuestra confianza la depositamos en nuestras poderosas

oraciones, en vez de en Dios, nos equivocaremos. Si tenemos una

enseñanza correcta de la doctrina, pero dejamos de confiar en Dios, la

revelación (del evangelio) será ocupada por nuestra auto-afirmación y

propia adulación, poniendo nuestra vida bajo la maldición de la ley, la

esterilidad y la muerte.
“Porque por gracia son salvos por medio de la

fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para

que nadie se gloríe” Efesios 2:8-9.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Dios mío, gracias porque Tú gracia nos ha salvado por la

fe, totalmente sin nuestras obras. Aquello que comenzó solamente

en Ti también termina en Ti. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

DEVOCIONAL DÍA 17 DE AGOSTO


LA MALDICIÓN DE LA PROPIA JUSTICIA

“El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera:

Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres,

ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
ayuno

dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”.

Lucas 18:11-12

A través de toda la Biblia hay un tema recurrente que no es difícil de

entender para nuestro intelecto pero sí para vivirlo. Hay en cada persona

una tendencia, un deseo carnal y la ambición de ser hábil y capaz por sí

mismo. Todos queremos el reconocimiento, no la crítica. Queremos mostrar

siempre nuestro lado bueno no el malo. Queremos amor, no desprecio. Lo

pasamos mal, nos enojamos, nos desanimamos o huimos, si miramos a

nuestro interior y probamos que hay cosas no tan atractivas, nuestros lados

oscuros. En lo más profundo de nuestra humana naturaleza queremos

construir nuestra vida en base a nuestras capacidades, hasta tal punto que

aceptamos la alabanza de los demás, sí, incluso culto. Esto es algo

incrustado en toda la humanidad. Por eso el hombre formula toda clase de

religiones e ideologías que hablen de sí mismo y que en su propia fuerza es

suficientemente capaz para alcanzar el alto cielo. El hombre puede

esforzarse lo indecible para demostrarse a sí mismo, a otros y hasta a Dios

que es lo suficientemente capaz como para ser aceptado y aprobado, si,

hasta inclusive elogiado por Dios.

En todo esto ha estado la humanidad ocupada por miles de años, pero está

condenada al fracaso. El camino a la salvación por el propio esfuerzo está

cerrado. Dos ángeles guardan el camino de vuelta al paraíso. Pero hay otro

camino, otro árbol y otra obra, la obra de Jesús en la cruz. Este camino está

abierto, libre y gratuito. Y a pesar de ello el orgullo del hombre permanece

en lo profundo de su ser: “yo puedo, yo quiero, yo haré” –sin Dios. El

orgullo me prohíbe pedir ayuda. El orgullo rechaza la debilidad. El orgullo

siempre quiere demostrar que el
ego es la fuente de todo poder y salvación.

El
ego debe gobernar. Todo esto hace imposible que seamos partícipes de la

vida de Dios. Dios no acepta jamás el compartir Su gloria con nosotros.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tú salvación es por gracia, no por

obras de justicia que yo haga. Todo mérito es tuyo y toda la gloria

es para Ti. En el Nombre de Jesús ¡
AMÉN!