“Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a
Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
15Entonces le
respondió: Ah, Señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que
mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi
padre.
16Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás
a los madianitas como a un solo hombre” Jueces 6:14-16.
El Señor levantó a Gedeón de un origen muy humilde en un tiempo en que
Israel se encontraba oprimido por los enemigos. La opresión externa y la
culpabilidad interna pueden dejar su huella para toda nuestra vida. La
sombra de nuestro pasado puede descansar sobre nosotros e influir en
nuestro porvenir. Pero no es esto lo que Dios desea. Tu pasado, por muy
terrible que sea, es tu pasado. Está detrás de ti. Habla del ayer. Hoy es un
nuevo día. Hoy es el día de salvación. No permitas que tu pasado determine
tu futuro. Permite a Dios determinar tu futuro. Viejas derrotas, fracasos y
desengaños, errores y ataduras no deben condicionar tu futuro.
Cuando vino el ángel a Gedeón era difícil para él apropiarse del mensaje.
Gedeón no se veía como un valiente guerrero:
“…Jehová está contigo,
varón esforzado y valiente” Jueces 6:12.
Él se veía a sí mismo como un
hombre pequeño, débil, insignificante y temeroso. Pero Dios no le veía de
esa manera. Dios le veía como un guerrero. Donde Gedeón vio debilidades,
Dios veía potencialidades. Donde Gedeón vio su pasado, Dios vio su futuro.
Donde Gedeón vio opresión, Dios vio liberación. La clave era que Dios había
determinado usar a Gedeón y que clara y llanamente le había hablado que
estaría con él. Dios había preparado una victoria para Gedeón tan grande
que sería como si Él derrotara al enemigo de Su propia mano.
La clave de esta victoria fue la de identificarse con la esencia de Dios, el
mensaje de Dios y la capacidad de Dios. Si Gedeón hacía esto se vería así
mismo de una manera diferente y la victoria sería suya. Él lo hizo. Se
levantó de su pasado, sus circunstancias y sus debilidades y se identificó
con lo que Dios dijo de Él. ¡Entonces vino la victoria! ¡Entonces llegó la
liberación! ¡Tú puedes hacer exactamente lo mismo con tu vida!
Ulf Ekman
ORACIÓN:
Gracias Señor porque me hablas por tu Palabra acerca
de mi vida. Sabes lo que puedo llegar a ser, no todo lo hice
equivocadamente. Gracias porque me identifico contigo y con tu
solución. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
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