LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU
“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe,
23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay
ley” Gálatas 5:23-23.
El resultado de la santificación es que el fruto del Espíritu está creciendo en
mi vida. Los frutos del Espíritu son los rasgos del carácter divino que
vuelven de nuevo a reproducirse en Sus hijos. Estos rasgos no resurgen
inmediatamente. Es por eso que se denominan:
frutos. Los frutos crecen
en las ramas, no en el tronco del árbol. Las ramas surgen del tronco y el
fruto surge de las ramas. Pero la vida viene del tronco y las raíces. Nosotros
somos las ramas, Jesús es el tronco, y la vida del Espíritu viene de Él. Es así
como se produce en nosotros los frutos que son un reflejo de la vida de
Jesús.
El fruto crece lentamente en el árbol. Es lo mismo en nuestra vida
espiritual. Ninguno de los frutos del Espíritu (el Espíritu de Dios fructifica a
través de nuestro espíritu) se producen por orden natural de nuestra carne.
No se trata de nuestra educación o temperamento. Algunas personas son
más refinadas en su educación y tienen un temperamento suave, pero esto
no es el fruto del Espíritu.
El fruto de la paciencia es la obra del Espíritu en una persona que por
naturaleza es impulsivo e impaciente. La amabilidad es la obra del Espíritu
en una persona que es contundente, duro e irascible. No se puede condenar
a otro por falta de frutos. Por el contrario, debemos fortalecernos
mutuamente en nuestras debilidades, complementándonos orando unos por
los otros. Paso a paso los frutos van creciendo. Es como el escalar una
montaña. Cuando te das la vuelta y miras a lo lejos sobre la campiña te das
cuenta de lo lejos que has llegado. No te desesperes por las debilidades en
tu vida. Dios está trabajando en ti y el fruto está en camino. Concéntrate en
los frutos que ya tienes a disposición y compártelos con los que puedan
aceptarlos y disfrutarlos. Hay personas por doquier a tu alrededor.
Ulf Ekman
ORACIÓN:
Gracias Dios mío porque paso a paso permites que estos
frutos del Espíritu maduren gradualmente mi vida. En el Nombre de
Jesús ¡AMÉN!
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