miércoles, 24 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 23 DE AGOSTO


BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO


“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre de Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Mateo 28:19


Cuando Jesús dio la Gran Comisión nos ordenó bautizar a los nuevos discípulos en el Nombre del Dios Trino. Es obvio que el bautismo es muy importante, de lo contrario nunca se hubiera preocupado de incluirlo entre las cosas finales que dijo antes de dejar este mundo. Cuando una persona acepta a Jesús obtiene el derecho de ser hijo de Dios:”más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12. Pasamos de muerte a vida y no venimos a condenación. “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” Juan 5:24. Hemos muerto con Cristo y hemos resucitado con Él por la fe. Hemos nacido de nuevo, nacidos del agua y del Espíritu. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos” Juan 3:5. El apóstol Pablo en la epístola a Tito 3:5 describe el nuevo nacimiento y el Espíritu de Dios en nosotros como un lavamiento:”…por el lavamiento de la regeneración (nuevo nacimiento) y por la renovación en el Espíritu Santo”.

El lavamiento interior y el lavamiento del Espíritu, ambos nos limpian de nuestra vieja vida y crean la nueva en nosotros. Lo que el Espíritu hace en el lado interno por el lavamiento del nuevo nacimiento (“la regeneración”), quiere que lo hagamos nosotros en el lado externo por el bautismo en agua. Cuando permitimos ser bautizados Jesús está con nosotros, justamente como el Espíritu vino sobre Jesús cuando fue bautizado. El Espíritu de Dios está cerca de nosotros a través del bautismo y de las promesas que aceptamos por fe, y en esta cercanía queda enterrado el hombre viejo de una forma especial, no a través de algún tipo de ritual mágico, sino por la fe; por débil y poco desarrollada que esta sea ha respondido al mandato del Evangelio: cree en Jesús y ahora obedece el mandato de la necesidad de bautizarte: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” Marcos 16:16.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Señor, ayúdame a comprender y apreciar justamente mi bautismo. Que sea el punto de partida de mi vida contigo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.