EL CALZADO DEL EVANGELIO
“Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” Efesios
6:15.
Igual que el agua se descompone si no circula, la vida espiritual se
descompone sino progresa. Demasiados cristianos buscan experiencias
espirituales por sí mismas. Demasiados creen que lo que sus sentimientos
experimentan es lo importante. Naturalmente que es maravilloso tener un
culto glorioso, pero no existe nada que se pueda levantar frente al hecho de
dirigir a una persona a la fe en Jesús. El ver como el Espíritu Santo mueve
el corazón de una persona y verle lleno de lágrimas y con una seria decisión
entregar su vida a Jesús, es algo de lo más precioso que uno puede ver.
Nunca se puede ser más feliz, nunca puede uno sentirse más cerca del
Señor, nunca viene a estar la vida interior más reavivada como cuando se
comparte el evangelio con otras personas. Demasiados pocos cristianos han
tenido esta experiencia.
Es la voluntad de Dios que cada creyente tome parte en Su ejército como
soldado de a pié y tenga el privilegio de ir y conquistar almas para el reino
de Dios. Pero sin el calzado no se puede salir. Y somos nosotros mismos los
que tenemos que ponernos el calzado. Nosotros decidimos si nos calzamos
las
buenas nuevas como un mensaje también para otros, o si solamente
queremos a Jesús para nosotros mismos. Jesús dijo:
”De gracia
recibisteis, dad de gracia” Mateo 10:8.
Todos los hombres necesitan a
Jesús. Jesús te necesita a ti y a mí. Él no tiene otros pies que los tuyos y
míos, pero no obliga a nadie a andar. Por eso también ese calzado se llama
el calzado de la buena voluntad
.
Ulf Ekman
ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tú operas en mi voluntad de forma
que estoy dispuesto a pensar en otros y no solamente en mí mismo.
Mis vecinos, amigos, compañeros de trabajo o conocidos, oirán de Ti
por medio de mí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
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