LIBRE DE LA MALDICIÓN
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que
es colgado en un madero)” Gálatas 3.13
Por la caída del hombre vino la maldición sobre este mundo. Desde
entonces el egoísmo, odio, crimen, incredulidad, divorcios, guerras y
otras desgracias, influyen en toda la creación. El hambre, la pobreza,
las malas cosechas, sequías, huracanes, catástrofes naturales y
hambrunas vienen a este mundo y existen hoy en día por causa de la
caída del hombre. No significa que se refiera particularmente al error
de un hombre o de un determinado país, sino que cuando el hombre
abrió la puerta a causa de la caída, todo este cúmulo de desgracias
sobrevinieron torrencialmente sobre este mundo desde entonces.
Todo esto es una maldición, pero en la cruz se rompió la maldición.
Ahora existe posibilidad para cada hombre, para cada nación, a
entrar a la bendición de Dios por medio de Cristo.
Cuando algunos cristianos dicen que no existe diferencia alguna entre
ser salvos o no serlo, porque uno es solamente perdonado, esto
minimiza la obra de Jesús en la cruz. Jesús murió para romper la
maldición y esto hace una diferencia total en el mundo, de estar bajo
bendición en lugar de estar bajo maldición. En Cristo tú eres
bendecido. Tú estás bajo la gracia y el paraguas de la nueva situación
te guarda de la tormenta. Tú estás dentro del arca que te protege de
anegarte en el río. El propósito de que Jesús fuera hecho maldición,
fue para que tú recibas la bendición de Abraham y vida en el Espíritu.
ORACIÓN: Gracias Señor porque Jesús fue hecho maldición
por mí para quitar la maldición de mi vida. El sol de la
bendición luce sobre mí y Tú has vuelto tu rostro sobre mí y
me has libertado. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Ulf Ekman
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