Cuando Dios bendice no retira su bendición. Él tiene bendiciones para
todos los ámbitos de la vida del hombre. Su mayor deseo es que
puedas vivir bajo la lluvia de Sus bendiciones. Él está por ti, no
contra ti. Esto lo ha mostrado muriendo Jesús por ti:
”El que no
escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
Ro. 8:32.
Él no ha escatimado nada. El corazón paterno no retiene
nada
¿cuánto más no nos enviará todo lo que es bueno a
aquellos que se lo pidan?
Toda bendición espiritual en los lugares celestiales está a la
disposición de los creyentes. Es un hecho objetivo, en base a la
redención, y no tiene nada que ver con nuestros sentimientos o
nuestras circunstancias presentes. La despensa celestial está abierta
sobre nosotros cuando estamos en Cristo. Es por eso que debemos
conocer e indagar lo que hemos recibido en Cristo. Si no lo
conocemos, nunca trataremos por fe de apropiarnos de ello. No
creemos que nos pertenezca. Nos sentimos condenados cuando
oramos por ello, nos imaginamos que no nos pertenece. Se establece
una lucha espiritual en tu vida donde el enemigo trata de estorbar
que puedas entenderlo, o saques provecho de lo que Dios te ha
otorgado en Cristo. Pero por eso hemos recibido el Espíritu
Santo:
”…para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”
1ªCorintios 2:12
Su cometido es el revelarnos todo esto y
ayudarnos a recibirlo.
ORACIÓN: Dios mío, gracias por todo lo que Tú tienes para mí.
Gracias por que Tú, Espíritu Santo, me has mostrado lo que yo
tengo de parte del Padre y ayúdame a creer y tomar toda
bendición. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Ulf Ekman
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