LA FE ES UNA CERTEZA
“Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve”
Hebreos 11.1
La fe de nuestro corazón no es una aceptación superficial o una
consideración general. Es una convicción y una certeza. Una certeza es algo
que ha llegado a lo profundo del corazón. Sus raíces no son superficiales,
sino que se internan profundamente y son difíciles, si, casi imposibles de
desarraigar. Tiene que ver con nuestros más profundos y ocultos valores
fundamentales o creencias básicas. Cuando la Palabra de Dios está
enterrada en nuestro corazón la buena tierra hace crecer fuertes
convicciones hacia la superficie. No solamente imaginamos o esperamos en
el aire. Sabemos, sabemos y sabemos, no convulsivamente, sino con un
conocimiento tranquilo.
Cuando después vienen los ataques y somos sacudidos por traumáticas
experiencias no nos alteramos. No tratamos de levantar las raíces, ni las
echamos a una corriente de agua. Nuestra casa está construida sobre la
roca por la Palabra de Dios. Esta certidumbre no la adquirimos
inmediatamente. Toma tiempo plantar la Palabra y que ésta enraíce en
nosotros. Le lleva tiempo al Espíritu Santo hacerla viva en nuestro corazón.
Pero cuando esto ocurre, entonces hemos irrumpido en el mundo espiritual
en esta parte. Entonces vemos lo que anteriormente no veíamos, sabemos
lo que antes no sabíamos, y obtenemos frutos y resultados de muy
diferente manera. Tenemos una convicción de lo que no vemos con
nuestros ojos naturales. Lo vemos con los ojos de la fe. Ahora estamos
ciertos y seguros de que va a suceder lo que estamos esperando. Sabemos
que Dios va a hacer lo que nos había revelado.
Otra traducción de la Biblia de Hebreos 11:1 dice que la fe es una prenda o
señal, o un contrato, respecto del cual soy conocedor previamente de lo que
va a suceder. Es justamente como un contrato de vivienda que dice que
poseo una casa donde voy a mudarme en breve. Yo sé que poseo una casa,
la he comprado, o sea, tengo la certeza de que el día de la mudanza
llegará.
Ulf Ekman
ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tu palabra suscita fe en mí y me da
la certeza de que lo que Tú has prometido, Tú lo haces. En el
Nombre de Jesús ¡AMEN!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.