lunes, 22 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 22 DE JULIO

LA FE ES UNA CERTEZA

“Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que

no se ve”

Hebreos 11.1

La fe de nuestro corazón no es una aceptación superficial o una

consideración general. Es una convicción y una certeza. Una certeza es algo

que ha llegado a lo profundo del corazón. Sus raíces no son superficiales,

sino que se internan profundamente y son difíciles, si, casi imposibles de

desarraigar. Tiene que ver con nuestros más profundos y ocultos valores

fundamentales o creencias básicas. Cuando la Palabra de Dios está

enterrada en nuestro corazón la buena tierra hace crecer fuertes

convicciones hacia la superficie. No solamente imaginamos o esperamos en

el aire. Sabemos, sabemos y sabemos, no convulsivamente, sino con un

conocimiento tranquilo.

Cuando después vienen los ataques y somos sacudidos por traumáticas

experiencias no nos alteramos. No tratamos de levantar las raíces, ni las

echamos a una corriente de agua. Nuestra casa está construida sobre la

roca por la Palabra de Dios. Esta certidumbre no la adquirimos

inmediatamente. Toma tiempo plantar la Palabra y que ésta enraíce en

nosotros. Le lleva tiempo al Espíritu Santo hacerla viva en nuestro corazón.

Pero cuando esto ocurre, entonces hemos irrumpido en el mundo espiritual

en esta parte. Entonces vemos lo que anteriormente no veíamos, sabemos

lo que antes no sabíamos, y obtenemos frutos y resultados de muy

diferente manera. Tenemos una convicción de lo que no vemos con

nuestros ojos naturales. Lo vemos con los ojos de la fe. Ahora estamos

ciertos y seguros de que va a suceder lo que estamos esperando. Sabemos

que Dios va a hacer lo que nos había revelado.

Otra traducción de la Biblia de Hebreos 11:1 dice que la fe es una prenda o

señal, o un contrato, respecto del cual soy conocedor previamente de lo que

va a suceder. Es justamente como un contrato de vivienda que dice que

poseo una casa donde voy a mudarme en breve. Yo sé que poseo una casa,

la he comprado, o sea, tengo la certeza de que el día de la mudanza

llegará.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tu palabra suscita fe en mí y me da

la certeza de que lo que Tú has prometido, Tú lo haces. En el

Nombre de Jesús
¡AMEN!

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