lunes, 22 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 19 DE AGOSTO



AMOR INCONDICIONAL
“Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que

nos amó…”

Efesios 2:4
La mente humana inconversa y nuestra carne, tienen dificultad para

comprender el amor de Dios. Tenemos muy interiorizado que todo nos lo

debemos ganar. Estamos programados para responder contra las acciones

de otros. Si estas son amables, somos amables. Si son agresivas, nos

ponemos agresivos. Continuamente sentimos la necesidad de reafirmarnos

y podemos pasar años en amargura y rencor si creemos que hemos sido

maltratados. La vida de toda la humanidad parece girar en torno al trabajo

y la recompensa. La zanahoria y el palo, la acción y la reacción.

Debido a que esta condición la tenemos tan arraigada en nuestros genes y

en nuestras mentes, e impregna toda nuestra vida, nos es tan difícil

entender el amor de Dios. Nos cuesta comprender cuán incondicional es Su

amor. Que Dios nos ama con un amor verdaderamente genuino. El nos ama

por amor a Cristo. Él nos ve a través de Cristo. Hemos sido revestidos de

Cristo y cuando Dios nos ve, Él ve a Su Hijo amado en quien tiene Su

complacencia (Mateo 3:17). Y cuando hemos entrado en Su disfrute por

medio de lo que Dios ha hecho por nosotros en la cruz, somos sus amados

hijos e hijas en los que verdaderamente se complace.

Es fácil andar todavía sintiendo culpa en vez de agradecimiento. Mirar

nuestra incapacidad en vez de Su capacidad. Mirar nuestros fracasos en vez

de los éxitos que Él consiguió para nosotros. Solamente cuando en lo

profundo de nuestro ser aceptemos (
esto es fe realmente) que Dios

verdaderamente nos ama, que cuenta con nosotros y quiere tener una

verdadera relación y comunión con sus hijos, debemos primeramente

comprender y recibir el amor incondicional de Dios hacia nosotros. Y

también permitir que ese amor fluya hacia fuera para otros sin que

continuamente demandemos algo a cambio.

Ulf Ekman

ORACION:
Padre querido, gracias porque me amas

incondicionalmente. Gracias porque no exiges la perfección en mí

continuamente sino que Jesús es perfecto para mí. Tú sabes que yo

soy polvo, sin embargo, Tú quieres tener relación conmigo y

usarme. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.