DEVOCIONAL DÍA 22 DE JUNIO

FOTALECIDOS EN EL PODER DEL SEÑOR

“Por lo demás hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder

de su fuerza” Efesios 6:10.

Cuando Pablo habla respecto a ser fuertes, no habla de una fortaleza

humana. Dios sabe que somos débiles en nosotros mismos. Jesús dijo:

“Sin

Mí, nada podéis hacer” Juan 15:5.

Dios no nos rechaza por nuestra

debilidad –Él nos ama- pero quiere que crezcamos en Su fortaleza. En

Jesús tenemos vida, en Él tenemos sabiduría, Él es nuestra fortaleza.

Fortaleza y poder son las capacidades que necesitamos para realizar todo lo

que el Señor quiere que realicemos y para estar en contra de todo lo que

intenta frenarnos. Por eso es que tenemos acceso a su inconmensurable

poder. Es del agrado de Dios manifestar Su inmenso poder en nuestra

debilidad. En ello es glorificado. El Señor no recibe gloria alguna cuando

nosotros somos débiles. Él es glorificado cuando nosotros en nuestra

debilidad estamos abiertos a Su poder. Pablo dice en 2ª Corintios 4:7

“Pero

tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del

poder sea de Dios, y no de nosotros”.

A menudo ponemos el acento en el

vaso de barro diciendo lo débil y frágil

que es, pero Dios pone el acento en el

tesoro que contiene. El tesoro es

Jesús, el poder del Espíritu y la vida abundante

. Pero que el vaso de

barro sea débil solamente muestra que es Dios quien ha depositado Su

tesoro en él, y lo que vamos a usar es el tesoro. Por eso no debemos

rechazar el trato del Espíritu para que cada vez más seamos fortalecidos en

el Señor. Debemos pedir al Señor que quite de nosotros el menosprecio a

Su fortaleza y que quite toda conmiseración o rechazo de nuestra vida. Para

obedecer a Dios tenemos que ser fortalecidos en el Señor. Lo maravilloso

es que este poder está a nuestra disposición y está en nosotros.

Ulf Ekman

ORACIÓN:

Señor, Tú que tomas al débil y le haces fuerte en tu

poder, ayúdame a no sentir rechazo, me encuentre en debilidad o

fortaleza, sino que te vea como el que siempre llenas mi vacío

interior de Ti mismo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!