miércoles, 31 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 30 DE AGOSTO


ABUNDANTE GOZO

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe:” Gálatas 5:22.

El segundo de los frutos es
el gozo. Casi nada es más precioso que el gozo.

Nada es más contagioso que la risa. Nada es tan liberador como una

persona alegre, gozosa. Nada está más unido a la fe cristiana como la

alegría, el gozo. El Evangelio es la gozosa noticia. El Evangelio no se predica

en tono menor, ni con un matiz de enojo, o con un toque de amargura

basada en la propia justicia. Jesús me imparte gozo en lo profundo, en las

raíces de mi corazón. El gozo echa fuera el desaliento, la desesperanza y los

pesados vapores de la depresión. El gozo me levanta del hoyo de la

desesperación y me hace ver la vida desde otra perspectiva.

El profeta Habacuc vio que la higuera no florecía, y que las vides no

producían fruto y que en el olivo faltaba el producto y los labrados no

daban mantenimiento. Que las ovejas eran quitadas de la majada y no

había vacas en los corrales:
“Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me

gozaré en el Dios de mi salvación” (Habacuc 3:17-18).
Había gozo a

pesar de las terribles circunstancias. Pero el profeta Isaías habló de un gozo

que vendrá en el último tiempo: la alegría de la fiesta de la cosecha.
“…Se

alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan

cuando reparten despojos” Isaías 9:3.
Nada hay que satisfaga tanto el

corazón como la cosecha, y vamos a ver la cosecha en el mundo. Esto

producirá un gran gozo al cuerpo de Cristo. Una cosecha gozosa como

nunca antes ha habido.

Cuando Pablo escribió la carta a los Filipenses repitió la palabra gozo 15

veces. La escribió desde la cárcel y vez tras vez insta a los filipenses a que

se regocijen. Les dice:
incluso en mis prisiones estoy gozoso, así que

gozaos siempre vosotros:”
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez

digo: ¡Regocijaos! Filipenses 4:4.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Señor porque el gozo está en Ti, no en el éxito

sobre las circunstancias. Gracias Señor por las reservas de gozo que

hay dentro de mí a través de tu Santo Espíritu. Llevo el gozo

conmigo donde quiera que vaya. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

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