viernes, 2 de septiembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 31 DE AGOSTO


EL FRUTO DE LA PAZ

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe” Gálatas 5:22.

El tercero de los frutos del Espíritu es la
paz. Espíritu en este caso bien

podría escribirse en minúscula debido a que es un fruto de mi espíritu, mi

ser interno. Que a su vez está en contacto con el Espíritu de Dios. Paz

significa también serenidad y paz. O sea, paz exterior y armonía interior.

Dios quiere que tengamos ambas. La paz es más que un estado de ánimo.

Se trata de un estilo de vida, una actitud. Por eso dice Jesús en Mateo 5:9

“Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados

hijos de Dios”.
Reside en la esencia del espíritu del que ha nacido de

nuevo el tratar de vivir e impartir paz. Cuando una persona se salva recibe

paz con Dios.
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con

Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1.
Ahí

empieza todo. Lo que estaba roto, donde había enemistad, ahora existe

paz; paz y armonía en la relación restablecida. Sobre la base de la paz con

Dios, (que es un estado de relación cordial con Él), surgen sentimientos de

paz y una actitud que trasmite paz y establece armonía en todas las

relaciones. Para cada persona existen cuatro relaciones en las cuales Dios

desea que la paz se establezca:
La relación con Dios mismo, la relación

con las demás personas, la relación con uno mismo como individuo

y la relación con la Creación.
Toda la miseria que existe viene por la

ruptura y enemistad en las relaciones con esas cuatro actitudes.

La paz no es un mundo remendado, más conciliador, es decir, una paz

blanqueada. Esto jamás crea una paz completa. La paz es la paz de Cristo.

Él es el Príncipe de Paz. Su paz está basada en la verdad que da la

verdadera comunión. No la comunión que no está comprometida con la

verdad. Su paz es eterna, de otra naturaleza que la del mundo, y que

sobrepasa todo entendimiento y guarda nuestros corazones en Cristo Jesús.

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará

vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”

Filipenses 4:7.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
Gracias Dios mío porque he recibido paz contigo por

medio de Jesucristo. Ayúdame hoy para hablar paz donde haya

conflicto. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.