miércoles, 21 de septiembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 18 DE SEPTIEMBRE


EL DON DE PROFECÍA


“Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán” Hechos 2:18.


El don de profecía es dado para todo el pueblo del Nuevo Pacto. Entre todos los dones espirituales debemos buscar preferentemente el don de profecía. “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis” (1ª Corintios 14:1). Este don tiene una función muy importante. Es para que la congregación reciba edificación, ánimo y consuelo. “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia” (1ª Corintios 14:3-4).

La profecía habla del futuro, pero no solamente del futuro, sino que es una palabra sobrenatural, inspirada por el Espíritu Santo, directamente a mi situación. A veces hemos puesto toda la atención en el cómo y en qué circunstancias ha sido dada la profecía, pero esto no es lo importante. Lo importante es lo que se ha dicho. ¿Cuál es el mensaje? ¿Cuál es el contenido? Una palabra que viene del cielo puede cambiar la vida de una persona para siempre. En tiempos de oscuridad y desaliento puede impartir nueva vida. La oscuridad se disipa y la luz brilla de nuevo.

Una palabra celestial puede poner a un lado cuantos problemas haya. Es una palabra de Espíritu y vida. La visión que la palabra profética dibuje tiene poder para realizarse cuando los hombres la reciben en fe. Es un saludo personal que contiene un elemento sobrenatural que sólo uno mismo reconoce. El Señor tiene la facultad para poner palabras, recordar detalles, decir cosas, de tal forma que venga a ser altamente personal. Hay cosas que nadie sabe ni conoce, solamente Él, y cuando Él las menciona en la palabra profética, entonces uno siente Su cuidado y Su amor que hace que todo sea más fácil de aceptar y confiar en la palabra profética. Después, cuando ha sucedido lo que Él ha dicho, crece la sorpresa y el agradecimiento como nunca antes.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Gracias Señor por cada palabra profética que me ha alcanzado, me ha bendecido y me ha exhortado. Ayúdame para desarrollar el don de profecía que Tú has puesto en mi vida. Tú deseas que todos profeticemos. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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