domingo, 11 de septiembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 9 DE SEPTIEMBRE


LA ATMÓSFERA DE LA INCREDULIDAD


“Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”

 Mateo 13:58


Hasta para Jesús fue difícil hacer muchos y grandes milagros en determinados contextos. Aquí queda claro que Él era dependiente de la fe del pueblo. Occidente durante siglos ha desarrollado una fe secular basada en la razón. Hemos sido saturados de escepticismo a todo lo sobrenatural. Esto no es otra cosa que incredulidad, y esta incredulidad se ha extendido como un gran manto que tapa todo lo que es sobrenatural.

El que cree en los milagros de Jesús no lo tiene fácil en esa clase de atmósfera. Sufre la burla y se le cuestiona. Si a pesar de todo persiste, no verá tal vez muchos resultados al empezar. Esto además se toma como evidencia de exageración. La realidad es así, que el ambiente tan compacto de incredulidad hace difícil ver lo milagroso o sobrenatural. Por eso la atmósfera, quiere decirse, el corazón del hombre, debe cambiar primero. Si Jesús experimentó esta resistencia, que lo hizo, no es de extrañar que nosotros también la experimentemos. Realmente esto es un gran consuelo para nosotros. Al mismo tiempo es importante que luchemos para cambiar el clima espiritual y continuemos preparando el terreno para señales y milagros.

Tomar una decisión natural no debe absorber lo sobrenatural, ni lo mundano absorber lo espiritual, ni que a lo arrogante y sabihondo se le permita rechazar lo milagroso. Dios es y será por siempre un Dios de milagros, sin importar cuántos veamos en este momento. Lo que vemos en ocasiones nunca es constante, siempre es cambiante. Por ello, creamos que la atmósfera siempre se puede cambiar de forma que el rechazo y la oposición contra los milagros de Jesús sean quitados y el Espíritu Santo tenga una plataforma libre para hacer lo que anhela hacer en la vida de todos los hombres: milagros, salvación y señalar a Jesús.

Ulf Ekman

ORACIÓN:
 Señor, utilízame para romper la atmósfera de incredulidad donde habito. Ahí Tú quieres hacer más milagros. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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