EL DON DE HABLAR EN NUEVAS LENGUAS
“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” Hechos 2:4.
Entre los dones que se mencionan en Primera de Corintios capítulo doce está el don de hablar en lenguas, este que a veces levanta especulaciones. Hay algo de vergüenza y confusión en este don. Pero lo mismo sucede con la Cruz. No significa nada para los que en su propia justicia quieren mantener su dignidad humana o tienen mucho cuidado de su elevada estima ante los demás. Este don es una puerta estrecha por donde la carne al pasar queda atrapada. Pero por medio de esa puerta se entra en el camino a la plenitud de la vida espiritual. Pablo dijo:”Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas “(1ªCorintios 14:5ª). Él mismo hablaba en lenguas más que todos en la congregación de Corinto. “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros” (1ªCorintios 14:18).
A veces se ha querido hacer de Pablo un teólogo académico y seco. Sí, era un teólogo, pero un teólogo vibrante, lleno del Espíritu, que como puesto de trabajo tenía el campo misionero, no solo las bibliotecas. Y hablaba en nuevas lenguas. Pero este don es para cada creyente hoy en día, no solamente para unos cuantos escogidos o especialmente santos. En Corinto no eran especialmente santos. Tenían un montón de problemas, pero a pesar de ello, los dones estaban funcionando.
El día de Pentecostés todos fueron llenos del Espíritu Santo y todos empezaron a hablar en nuevas lenguas, inclusive María, la madre de Jesús.
El hablar en lenguas edifica el hombre interior. Hablar en lenguas edifica tu fe. Es una manera maravillosa de alabar y glorificar al Señor, y que sobrepasa las limitaciones de tu mente o entendimiento. Del hablar en lenguas se puede pasar a su interpretación y a la profecía. Las lenguas pueden ser habladas o cantadas. Pueden ser lenguas humanas o angélicas. Pueden cambiar o evolucionar y ser diferentes en distintas ocasiones. Es una potente herramienta en la intercesión por las necesidades conocidas o desconocidas de las personas. Una corriente de vida espiritual que fluye a través de ti.
Ulf Ekman
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