LOS PÁMPANOS SECOS
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2Todo pámpano
que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto.
3Ya vosotros estáis limpios por la
palabra que os he hablado” Juan 15:1-3.
Cuando estamos en la Vid la savia corre por nosotros que somos los
pámpanos. Pero los pámpanos necesitan limpiarse y podarse. Es esto lo que
la santificación produce en nuestras vidas. El propósito es para que
llevemos más fruto. Dios no va detrás de nosotros para castigarnos, Él
desea bendecirnos. Si yo me opongo a ser podado me expongo a perder
mucho fruto. La altivez, la falsa autonomía, independencia o indisposición
en nuestras vidas puede acarrearnos graves consecuencias. Si no permito al
Espíritu Santo que toque una parte de mi vida esto traerá como
consecuencia que en esa área no llevaré fruto. El resultado será: pámpanos
secos y sin fruto. No permitas que esto suceda en tu vida. Puede sucederle
también a una congregación o a una denominación igualmente. Puede ser
tan influyente o prestigiosa que no deja al Espíritu Santo cambiar algo.
Lo más importante es que la voluntad de Dios sea hecha. No será como tú
o yo deseamos pero será mejor. Permite al Espíritu Santo que, en su amor,
pode los sarmientos secos de tu vida. No nos dañará ni a ti ni a mí que esos
sarmientos sean podados de nuestra vida; vendremos a ser bendecidos con
más fruto. Si no estás satisfecho con el fruto de tu vida busca los tórridos
sarmientos y permite al Labrador podarte. Él no te desprecia ni desestima,
Él te ama. Ya eres limpio por el poder de Su palabra pero Él desea ver más
fruto en tu vida.
Ulf Ekman
ORACIÓN:
Señor, guárdame de toda indisposición para ser podado y
limpio. Ayúdame para tener un espíritu dispuesto, humilde y
deseoso de ser transformado y así poder estar listo para llevar
mucho más fruto. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
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