miércoles, 3 de agosto de 2011

DEVOCIONAL DÍA 11 DE JUNIO

EL ESPÍRITU CONTRA LA CARNE

“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del

Espíritu contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que

no hagáis lo que quisierais” Gálatas 5:17.

Una verdadera guerra se libra en mi vida. Está establecida entre la

carne y el espíritu, entre lo externo y lo interno. Algunos creen que

esta guerra está establecida entre lo espiritual y lo material, pero

este pensamiento es griego, gnóstico, no es bíblico. Del gnosticismo

viene un menosprecio errático hacia lo material. A menudo es debido

en parte por la manera en que la carne se sirve de lo material, pero

aún apartando lo material, la carne permanece. La carne hace todo lo

posible para impedir que del interior se manifieste la vida del espíritu.

Todos podemos llegar a ser carnales, pero esto no significa que

vivamos según la carne. El vivir según la carne es que yo, como

creyente, empiece a admitir, aceptar y vivir libremente el estilo de

vida egoísta de este mundo. El empezar a disculpar, ocultar, quitar

importancia o defender una clase o estilo de vida con su pecado y

lujuria, viene al final a significar muerte para mí. Yo no puedo vivir en

un reino con los principios de otro reino. Vengo a ser como la mujer

de Lot. Con la boca y los pies estaba fuera de Sodoma, pero con el

corazón y los ojos se demoró y fue convertida en una estatua de sal.

A veces puede uno sentirse desesperado por sus debilidades carnales.

Cuando uno cree que tiene todo bajo control sobre ellas se levantan

de nuevo. Pero el arrastrar con la carne toda la vida no significa que

uno no experimente victoria y camine de gloria en gloria. El Espíritu

Santo viene a ayudarnos en nuestras debilidades y en todo esto

conseguimos una imponente victoria por medio de Él, que nos ama.

ORACIÓN:
Gracias Señor porque el espíritu lucha contra la

carne. El Espíritu de Dios es más fuerte que la carne y el que

vive en mí es mayor que el que está en el mundo. Gracias por

la victoria. En el Nombre de Jesús
¡AMÉN!

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