“Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” Colosenses
2.15
Detrás del pecado está la muerte. Detrás de la muerte está el
enemigo de las almas, el diablo. Él siempre ha empleado la mala
conciencia, el remordimiento, el temor al juicio y el miedo a la muerte
como sus armas de represión y castigo del hombre. Durante su
esclavitud, éste no goza de paz alguna, no tiene libertad, no tiene
dignidad ni tampoco amor. Por eso, ¡Alabado sea el Nombre del
Señor!, es una noticia maravillosa el que él ha sido vencido. En la
cruz ha sido desarmado y todo su ejército ha sido puesto seriamente
en vergüenza. En el mundo espiritual Jesús ha exhibido Su victoria
sobre el enemigo, ha mostrado el triunfo que ha conseguido y hasta
qué punto Satanás ha sido completamente vencido.
Jesús en Lucas 11.22 dice:
”Pero cuando viene otro más fuerte
que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y
reparte el botín”.
Quiere decir, que Él como el más fuerte ha
atacado a Satanás, le ha vencido y le ha quitado todas sus armas en
las que confiaba y ha repartido el botín que le ha arrebatado. El
enemigo ha sido derrotado desde la base. Esto no significa que ya no
existe. No significa que no vuelva a atacar, que no intente engañar,
estafar o seducir. Pero ya no tiene armas. Ya no puede exigirnos. Y el
escudo que desde el Trono de Dios nos protege, apaga todos los
dardos encendidos del enemigo. Los dardos vienen, pero ahora
pueden ser apagados. Los ataques vienen, pero ahora hay victoria.
Las tentaciones vienen, pero ahora tenemos protección y potestad
para vencerlas. El Gólgota fue una completa, total, escandalosa e
incondicional derrota para el diablo. Jesús es por la eternidad el
Invencible Vencedor
y ahora tiene todo el poder en el cielo y en la
tierra. ¡
Mira a Su victoria y no mires a los dardos del enemigo!
¡Escucha Su Palabra y no a las mentiras del enemigo!
ORACIÓN: Gracias Señor, porque la cabeza del ejército
enemigo ha sido derrotada. Gracias porque ha sido derrotado,
desarmado y vencido. Y por Jesús soy libre de toda esclavitud.
En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Ulf Ekman
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