DEVOCIONAL DÍA 5 DE ABRIL

HE AQUÍ, TU REY VIENE

“Decid a la hija de Sión: He aquí, tu Rey viene a ti. Manso y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga”.

Mateo 21:5

Ahora comienza la entrada en Jerusalén. La gente estaba exaltada. Había un ambiente de mucho ruido y algarabía. Jesús iba a ser coronado. Claro que iba a serlo, pero no como la gente pensaba. La corona le estaba esperando, pero era de espinas. Vino como rey pero sentado sobre un pollino. El asno es símbolo de humildad, de humillación y de trabajo, esa obra es la que se iba a realizar ahora para toda la humanidad. Cada paso que dio Jesús estaba preparado de antemano en la Escritura. Desde mucho tiempo atrás estaba profetizado que el Mesías vendría montado sobre un pollino hijo de asna, un animal de carga. Cuando Jesús dijo a sus discípulos donde lo encontrarían fue algo sobrenatural. El Espíritu de Dios está involucrado en todos los detalles y los discípulos debieron ser impresionados por la precisión del Espíritu.

Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. El cordero que se sacrificaba debía pasar una inspección al mínimo detalle. Debía ser un cordero sin defecto alguno, el cual pasaba por una minuciosa inspección para que el sumo sacerdote lo sacrificara en la Pascua. Jesús es el Cordero sin defecto alguno que el Padre provee y es inspeccionado por las autoridades tanto judías como gentiles. Ahora Él debe llevar sobre Sí todos los pecados del mundo.

La entrada en Jerusalén marca el principio de la Semana de Pascua, la Semana Santa, la Semana de Pasión que cambió para siempre el destino de la humanidad. Toda Jerusalén se movilizó, todos comprendieron, cada uno a su manera, que algo totalmente inusual estaba sucediendo.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Padre celestial, gracias porque Jesús anduvo en Tú voluntad previamente preparada. Gracias porque tienes una Palabra para todo lo importante que vaya a suceder. Y Tú mantienes todo en Tu mano. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!