miércoles, 11 de abril de 2012

DEVOCIONAL DÍA 8 DE ABRIL


EN EL MONTE DE LOS OLIVOS


“Y estando Él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”
Mateo 24:3


A menudo Jesús se apartaba al Monte de los Olivos. Hoy en día las vistas sobre Jerusalén son increíbles. Por aquel tiempo debió ser impresionante el panorama desde el Monte, sobre todo por el esplendor del Templo. Pero ese esplendor externo no puede compensar la insumisión interna. El corazón del hombre es más importante que una magnífica construcción o monumento. “¿Qué aprovecha al hombre si ganare todo el mundo y pierde su alma?”.
Arriba en el Monte de los Olivos los discípulos preguntaron a Jesús acerca del futuro. Jesús continuamente les habló del reino de Dios. ¿Vendría ahora, o más tarde? ¿Cuáles serían las señales del final de los tiempos y la venida de Jesús? Tenían una fuerte sospecha de que todo estaba a punto de terminar, sin embargo, presentían que algo totalmente nuevo sucedería, pero, ¿sería ahora? En el fondo, el pueblo tenía una fuerte idea preconcebida, sacada de los profetas, de que todo terminaría repentinamente. ¿Sería ahora? Todo parecía indicarlo, aunque había muchos pensamientos, muchas descripciones bíblicas que no parecían coincidir. Jesús vio sus dudas e incertidumbres respecto al futuro, junto con su desconocimiento de lo que pronto iba a suceder en Jerusalén en esta Pascua tan diferente.
Jesús les habló y Sus palabras quedaron grabadas para siempre en sus mentes. Él quitó el velo respecto al futuro y empezó a describirles la historia ulterior de la humanidad hasta la eternidad. Pero mientras Él les descubre la resolución del drama, también les relata la decadencia gradual de los hombres, advirtiendo varias veces a Sus discípulos del engaño. El engaño o fraude religioso se hará más palpable cuanto más nos acercamos al fin.
Ulf Ekman


ORACIÓN: Señor, Tú ves y sabes todo. Tú tienes la capacidad de diferenciar lo verdadero de lo falso, lo justo de lo errado. Dame ese discernimiento para no ser engañado. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
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