Textos clave: (1Co. 1:30) (1Co. 3:16) (Is.60:1)
UNIDOS CON CRISTO
Nuestra unión con
Cristo es la base de lanzamiento para levantarnos luego en cada una de las
facetas de esa unión. Es como la plataforma de lanzamientos de la NASA. De allí
son enviados los satélites a diferentes misiones y siempre en contacto
permanente con la base. Todo levantamiento tiene su base en la identificaci6n
con Cristo y sus resultados. De esa fusión surge la capacidad para llevar a cabo
el plan de Dios.
RESULTADOS DE ESA
UNION
1. Somos hechos
santos. “Mas
por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención... Y esto erais algunos; mas
ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados
en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (l Co.1:30 y 6:11).
Es decir, apartados para Dios como propiedad suya. Como resultados de la unión
con Cristo somos hechos participantes de su naturaleza santa, y llamados a andar
conforme a la santidad. “Según
nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él” (Ef.1:4).
“A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en
Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan
el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro” (1 Co.1:2).
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes
teníais estando en vuestra ignorancia; si no, como aquel que os llamó
es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si
invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de
cada uno, conducios en temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación” (1 P.1:14-17). Por
tanto, hemos crucificado la carne con sus pasiones y deseos. “Pero
los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos” (Gá.5:24) y el
mundo ha sido crucificado para mi y yo para el mundo. “Pero
lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gá.6:14).
2. Somos hechos el
templo de Dios. “¿No
sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el
templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (l Co.3:16,17).
Ya no vamos al
templo a adorar, eso era parte del Antiguo Testamento. Ahora nosotros mismos
somos el templo de Dios. Jesús dijo: “Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré... Hablaba del templo de su cuerpo” (Jn.2:19-21). Veamos lo que se
deriva de esta verdad.
- Dios habita en nosotros. “¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (2 Co.6:16).
- Somos propiedad de Dios. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (2 Co.6:19-20).
“Miráis
las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de
Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también
nosotros somos de Cristo” (2 Co.10:7).
- No hay diferencia entre personas: judío o griego; esclavo o libre; hombre o mujer, porque todos somos uno en Cristo. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gá.3:28-29).
- Cada miembro, cada don y cada función es una piedra viva y útil en la edificación conjunta del Cuerpo de Cristo. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (Ro. 12:4-7). “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1 Co.12:27). “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo... Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro, 2:5 y 4:10).
CONSECUENCIAS
La
consecuencia más inmediata después de recibir la verdad expuesta anteriormente
es un levantamiento para resplandecer como casa espiritual y sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios, por medio de
Jesucristo (Is.60:1) (1P.2:5). Podemos ser una parte integral del
levantamiento de la iglesia en nuestra ciudad.
Virgilio Zaballos -
ESPAÑA
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