jueves, 7 de junio de 2012

2. Hemos sido hechos JUSTICIA de Dios

2. Hemos sido hechos JUSTICIA de Dios
Textos claves: (2 Co.5:21) (Fil.1:11) (Is.60:1)


UNIDOS CON CRISTO

Nuestra unión con Cristo es la unión con la justicia, porque él es justo, para llevarnos a Dios (1P.3:18). En 2 Co.6:14-16 se presentan como una unidad del mismo yugo y la misma asociación la JUSTICIA, la LUZ, a CRISTO, al CREYENTE y al TEMPLO de Dios. Todo ello forma parte de una fusión plena, y en ella se asocia a Cristo con la justicia y a ambos con el creyente. La unión de Cristo con el creyente es tan real, que el apóstol Juan declara: “Cómo él es, así somos también nosotros en este mundo” (1 Jn. 4:17). Esa unión nos conduce a un resultado glorioso: somos hechos justos ante Dios.

RESULTADOS DE ESA UNION

1. Somos hechos justicia de Dios (2 Co.5:21). “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. No se trata de un cambio de vestidos, sino de una nueva naturaleza justa; y una posición ante de Dios de justificación. Somos hechos justos. Se usan diferentes expresiones en las Escrituras al respecto, veamos: “Siendo justificados gratuitamente” (Ro.3:24). “Justificados por la fe” (Ro.5:1). “El don de la justicia” (Ro.5:17). “La justificación de vida” (Ro.5:18). “Fuisteis justificados en Jesús” (1 Co.6:11). La justicia de Dios en Cristo nos libera de la conciencia de culpabilidad; somos libres de culpa, como si nunca hubiéramos pecado. “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Heb.9:14).


2. Podemos gloriamos en Jesús. Ya no somos miserables pecadores y hombres derrotados; en Jesús recuperamos la gloria perdida en Adán (Ro.3:23,24). “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación... Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere” (Ro.5:11 y 15:17). (2 Co.10:17) (Fil.3:3) (2 Ts.1:12).

No tenemos por qué avergonzarnos de nuestra fe en Jesús y su gloriosa esperanza. “Como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado” (Ro.9:33). “Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado(Ro.10:11). Somos aroma de justicia para Dios en este mundo. “Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquellos olor de vida para vida” (2 Co.2:15).


3. Reinamos en vida por la justicia.Pues si por la trasgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia(Ro.5:17).

El Reino de Dios es un Reino de justicia, “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Ro.14:17), que actúa en este mundo a través de sus hijos hechos justos. Reinar en vida por la justicia no es para nuestro engreimiento o auto exaltación, sino para honrar al Señor con nuestras vidas en santidad y honor, glorificar Su Nombre y saber que fuera de él nada somos. Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. Reinar en vida es entregar todos los miembros de nuestro ser para servir a la justicia y no a la iniquidad (Rom.6).


CONSECUENCIAS

Nuestra unión con Cristo nos ha hecho justos, sin culpa, ni condenación; por tanto, podemos y estamos en posición de levantarnos, llenos de fruto de justicia (Is.60:1) (Fil.1:11), en una vida triunfante sobre el pecado y el mundo que glorifica a Dios. Podemos levantarnos para hacer las obras de justicia que Dios ha preparado para que andemos por ellas (Ef.2:10).


Virgilio Zaballos - ESPAÑA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.