DEVOCIONAL DÍA 10 DE NOVIEMBRE

FIESTAS DEL SEÑOR

“Tres veces en el año me celebraréis fiesta... Tres veces en el año se presentará todo varón delante del Señor tu Dios”.

Éxodo 23:14, 17

Tres veces al año Israel venía delante del Señor, era un gran proyecto de fe. Por fe en el Señor se abandonaba el trabajo, casa y hogar, se descuidaban las fronteras y en su lugar todos juntos marchaban a Jerusalén. A ningún otro lugar. Jerusalén era el sitio que el Señor había escogido para que Su pueblo celebrara los servicios divinos ante Su presencia. Jesús celebró esas fiestas y desde niño acompañó a sus padres a Jerusalén. Esas tres grandes fiestas estaban a su vez divididas, lo cual hacen un total de siete fiestas. Estas celebraciones eran motivo de gran festividad. Se sacrificaba, se ofrecían holocaustos, se oraba y bendecía. De todas partes acudía el pueblo, se purificaban y descansaban en las posadas o mesones que encontraban.

Seguramente Jesús nació en una de esas celebraciones porque se dice que no había lugar en las posadas. Esas fiestas se suceden en el año judío, pero también son proféticas. Indican hacia todo lo que Dios quiere hacer por Su pueblo y por todo el mundo. Hoy vemos que dos de esas tres grandes fiestas han tenido su cumplimiento, pero una está pendiente de ello. Pascua, que es la primera, ya se cumplió por medio de la muerte de Jesús. Pentecostés es la segunda. Esta tuvo su cumplimiento cuando el Espíritu Santo vino y nació la Iglesia. La fiesta de Los Tabernáculos es la última. Esta fiesta se refiere a la gran cosecha. Tendrá su cumplimiento en el gran avivamiento del último tiempo, cuando tanto el pueblo gentil como Israel serán hechos gavillas del Señor. Cuando la totalidad del pueblo gentil e Israel hayan venido a Él regresará el Señor de la cosecha. Entonces empieza verdaderamente a suceder todo lo que esta gran celebración nos indica: el tiempo mesiánico. El tiempo donde Jesús ha venido y es Señor de todos y sobre todo. ¡Esta será una verdadera fiesta!

Ulf Ekman

ORACIÓN:

Gracias Señor porque la Gran Fiesta está por venir, nos espera, y nosotros esperamos por ella. Entonces la alegría será como nunca antes y Tú vendrás a ser el centro de todo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!