domingo, 6 de noviembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 5 DE NOVIEMBRE


LA SALVACIÓN VIENE DE LOS JUDÍOS


“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos”.

Juan 4:22


El cometido del pueblo judío fue maravilloso. Por medio del llamamiento de Abraham, Israel vino a ser una bendición para todo el mundo. Dios levantó un pueblo que caminaría con El. Se limpiaría de toda idolatría, se santificaría y viviría para el Señor y con el Señor. Dios quiso tener una nación entera que fuera apartada (santificada o dedicada) para El, dentro de la cual pudiera moverse y revelarse a ellos. Dios hizo al pueblo de Israel el depositario de la Ley, la revelación. Cada uno era sacerdote delante de Dios con el ministerio de realizar un servicio continuo en el templo delante de Él. Por medio del culto en el templo se ofrecían sacrificios continuos delante de Dios.


Israel tenía conocimiento de su pecado y un anhelo de agradar a Dios por medio del cumplimiento de Su Ley. Los israelitas eran celosos de Dios y por el Antiguo Pacto adquirían tanto conocimiento de Dios, como experiencia personal, de lo cual el pueblo gentil carecía totalmente. Ni siquiera los samaritanos que eran un pueblo que vivía mezclado con ellos lo tenían. Jesús sabía esto. Cada pueblo debe ser portador de la gracia de Dios, pero en ese tiempo era solamente un pueblo el portador de esa gracia.


Por esta causa era tan importante que Israel fuera apartado, santificado y purificado (limpio). Por eso fue tan importante que observaran las leyes y mandamientos que el Señor previamente les había escrito. No podía hacerse nada de cualquier manera. Jesús mismo vivía bajo todos estos preceptos. Él vino para cumplir la Ley. Jesús era el Mesías del que la Escritura hablaba, el que Dios había ya dispuesto y que el pueblo esperaba. Él sabía qué lugar tenía el pueblo judío en la revelación histórica, y se confesó seguidor de la misma. Directamente y sin lugar a dudas, como si nadie jamás pudiera cambiar o poner en tela de juicio dijo: “La salvación viene de los judíos”.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Gracias Dios mío por el lugar que tiene el pueblo judío en mi salvación. Gracias por lo que el judío Jesús hizo por mí. Gracias porque mi Mesías vino por medio de la tribu de Judá. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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