martes, 29 de noviembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 28 DE NOVIEMBRE



AL FINAL DE LA VIDA


“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.

Hebreos 9:27


Muchas personas se consuelan con la falsa creencia de que cuando mueran todo ha terminado. Que el hombre se extingue, muere y todo se acabó. Es como si nunca hubiera existido. Una vida que cruje en el viento y desaparece. No es así. Cada persona es un ser eterno. Es un individuo infinitamente precioso y único cuya vida no solamente tiene un alto valor, sino que permanece para siempre. La muerte es solamente el principio, es la puerta a la eternidad que nunca tiene fin. Antes de nacer no existe el hombre. Después de nacer no deja de existir. Dios le ha creado como ser eterno.

Algunas personas tienen la vana esperanza de que tan pronto dejen de existir escaparan de pagar la cuenta. Es decir, realmente hay una cuenta. Debido a que nuestra vida es preciosa tenemos la responsabilidad de cómo la gestionamos. Y de esa utilización o gestión somos los únicos responsables. ¿Asumimos nuestra responsabilidad, o la evitamos?

Tenemos una carrera que correr, no cincuenta. Hay una sola oportunidad. Después que la vida se termina, los resultados finales se sumarán por un Dios lleno de amor pero también santo y justo. Sin Su gracia no tenemos opción alguna. Sin la obra vicaria de Jesús por nosotros tenemos una cuenta de pecado, una deuda que jamás podemos pagar. Pero con Él, y gracias a Él, hemos pasado de muerte a vida y no tenemos que pasar por juicio de condenación] alguno (Juan 5:24). El mismo Jesús, que es el Salvador, es también el Juez y ha tomado sobre sí el juicio de aquellos que creen en Él.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
 Gracias Padre porque enviaste a Jesús para llevar mis culpas y recibir la gracia para entrar en la vida eterna. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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