lunes, 28 de noviembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 26 DE NOVIEMBRE



NO HAY NADIE COMO JESÚS


“Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”.

Apocalipsis 1:14-16


Cuando Juan en la isla de Patmos vio a Jesús cayó como muerto a sus pies. No hay nadie como Jesús. Ya no veía al carpintero de Nazaret. Veía al Rey de reyes. Nadie es como Él. Brillaba como el bronce bruñido en el horno. Imposible mirarle. Su voz retumbó con poder y vida. Y sus ojos eran como llama de fuego. En esa llama no había odio alguno, ningún reproche, ninguna crítica, solamente un amor incondicional y sin reservas.

Nadie ama como Jesús. Nadie ha subido tan alto como Él y nadie ha llegado tan profundo como Él. Nadie ha conocido el corazón del Padre como Él. Nadie comprende el dolor humano como Él. Nadie ha estado tan solo, abandonado y despreciado como Él. Nadie ha probado la realidad del pecado como Él. Nadie ha triunfado como Él, ni luchado como Él, ni vencido como Él. No hay absolutamente ningún otro que sea como Él es.

Jesús tiene todavía las señales de las heridas en sus manos. Aún tiene Su cuerpo y siempre lo tendrá. Ahora Su cuerpo es un cuerpo resucitado y glorificado. Lo divino se ha unido a lo humano y seguirá unido por toda la eternidad. Él fue muerto pero ahora vive por la eternidad de las eternidades. Nadie puede hacer lo que Él hace. ¡Él es incomparable, único, glorioso y maravilloso! Él es tú Salvador y el mío.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
 Jesús, nadie es como Tú, nadie ha hecho lo que Tú has hecho y lo has hecho por mí. No hay palabras para describir todo lo que has hecho. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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