miércoles, 23 de noviembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 22 DE NOVIEMBRE



GUERRAS Y RUMORES DE GUERRA


“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.7Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.”


Mateo 24:6-7


Una gran cantidad de señales de que el mundo va hacia su fin se manifestarán en las naciones. Las guerras son una de ellas. A pesar de los deseos por el idealismo pacifista las guerras aumentan y van a más. Los hombres no se vuelven más iluminados por ello, ni buenos. Desde la creación de la ONU ha habido en el mundo más guerras y en más lugares que nunca. El hombre no es bueno en su fuero interno. Todo lo contrario. En nuestro interior existe una depravación pecaminosa, una rebeldía contra Dios, un odio hacia nuestro hermano que venimos arrastrando desde los días de Caín. Sólo Jesús, el Príncipe de Paz, puede hacerlo desaparecer.

En los últimos tiempos muchas de las barreras que protegen al hombre caerán. Cuando el hombre traspasa esos límites, tanto morales como espirituales que Dios ha establecido, comienza a tomar impulso hacia abajo en una espiral de ruina y degradación. El hombre se embrutece, se entontece, degrada y endurece. Pasiones y deseos se levantan y la sed de sangre, violencia y opresión hacia los demás se acrecientan. Todo esto conduce a que la cultura se pervierte y se hunde en un pantano de primitivismo. Esto sucederá a pesar de toda la sofisticada tecnología que nos rodea. La maldad alcanzará nuevas alturas y la vida humana ya no será tenida en alta estima. El que ha sido un homicida desde el principio hará todo lo posible para matar, asesinar, romper y destruir. Esta Era final, es decir, el último tiempo de la Humanidad, no será su punto más alto, sino más bien su línea de bajamar.

Ulf Ekman


ORACIÓN:
Oh Dios, cuando el mal se desata más y más aún Tú tienes poder para cuidarme y guardarme y sobre todo para usar a tu pueblo. Ayúdanos a estar en pie y andar cuando otros caen y huyen. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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