viernes, 4 de noviembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 3 DE NOVIEMBRE


EL ETERNO ORDEN DE DIOS


“Así ha dicho el Señor que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; el Señor de los ejércitos es su nombre: 36Si faltaren estas leyes delante de mí, dice el Señor, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente”.

Jeremías 31:35-36


Dios tiene el dominio de todo y nadie puede cambiar lo que Él ha determinado. El determinó elegir, bendecir y servirse del pueblo de Israel. Durante siglos los gentiles han peleado contra Israel y siguen hoy día haciéndolo. Pero lo que los hombres no comprenden es que este deseo destructivo de hacer daño a Israel es un odio y rebelión contra Dios. Dios ha hecho del pueblo de Israel “la piedra de toque”, un “punto de control” para ver qué posición toma el mundo gentil. Mediante su Pacto eterno, ha determinado mantener Su mano protectora sobre Israel siempre.


Jeremías dice que Dios ha puesto orden en la creación respecto al sol la luna y las estrellas. Cuando todo este orden cese, y enseña que no será antes que Jesús regrese otra vez, entonces Israel cesaría de ser un pueblo delante del Señor. ¿Luce el sol en este día? ¿Se sucede la noche al día? En todo caso la mano de Dios sigue estando sobre el pueblo judío. Algunos dicen que los judíos son rechazados (por Dios). ¿Eso es así? “Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice el Señor” (Jeremías 31:37).


En otras palabras. Dios jamás los desechará. El tiene un Pacto eterno con ellos: “Con amor eterno te he amado, por tanto te prolongué mi misericordia” (Jeremías, 31:3). Dios es fiel, consecuente, firme, perseverante. El pueblo de Israel es en su obediencia o desobediencia, un reflejo de toda la humanidad. Cuando lees de su fe, lees respecto a la tuya. Cuando lees de sus caídas, lees respecto a las tuyas. Cuando lees de su restauración lees de la tuya. Y de todo ello fluye la sobreabundante gracia divina como un potente caudal sobre Israel, como sobre ti.



Ulf Ekman


ORACIÓN:
Gracias Señor por Tu enorme gracia y fidelidad, gracias porque es suficiente para Israel como para mí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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