jueves, 15 de marzo de 2012

DEVOCIONAL DÍA 12 DE MARZO



LA BUENA TIERRA


“Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno”.


Marcos 4:20


Aquí está el plan original de Dios. La semilla es la Palabra. Esta se siembra en buena tierra. El terreno es el corazón que recibe la Palabra. La Palabra se recibe y se guarda en un corazón bueno y firme. El principio es que lo que se siembra crecerá. La semilla se entierra y ésta surge hacia arriba. Pero surge de forma abundante. Si el abono es bueno, si el corazón está preparado, no hay límite a la cosecha que pueda producirse. En Proverbios 4:23 se dice:”Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

Si guardamos nuestro corazón la cosecha de vida será a treinta, a sesenta y a ciento por uno. La cosecha se hace visible en el medio natural pero viene del corazón, del espíritu. O sea, que, ¡hasta el desierto puede florecer! No depende de las circunstancias naturales. Depende de la calidad de vida interior, del espíritu, del corazón. Dios desea que cada creyente experimente una cosecha en cada surco, en todos los ámbitos de su vida. Tú eres como un labrador que planeas, cultivas, siembras y cosechas en los surcos de tu vida. Esto es de lo que trata tu vida. Esto es en lo que consiste el reino de Dios. La cosecha no cae de repente del cielo. Surge de la tierra. No viene en base a circunstancias naturales perfectas, sino como resultado de las buenas condiciones espirituales. Estas condiciones incluyen: buena semilla, buena tierra, expectativa de cosecha y su tiempo. A esto te ha llamado Dios. Esto es lo que Él tiene para ti.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Padre celestial, ayúdame a comprender los principios de la siembra y la cosecha para que pueda cultivar mi corazón y planear para cosechar en cada área de mi vida. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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