jueves, 16 de febrero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 13 DE FEBRERO



EL LLAMAMIENTO

“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron”.

Mateo 4:18-20

Un maestro requiere tener discípulos. Un profesor alumnos. Las multitudes se dejan impresionar de cualquier cosa, pero la historia ha demostrado que las masas son volubles y cuando los vientos soplan suavemente las arrastran. La gente se olvida, cambia de opinión y falla. Jesús dijo que el reino de Dios había llegado. La manera que Dios usa para la edificación de Su reino es la edificación de las personas haciéndolas discípulos; que a su vez hacen discípulos a otros y así sucesivamente. Jesús en medio de todo Su trabajo en la enseñanza de la gente y sanar a los enfermos, hizo algo todavía más importante: entrenar, hacer discípulos.
¿Qué es un discípulo? Es un alumno. Una persona que está dispuesta a ser capacitada y cambiada. Uno que se somete a disciplina para poco a poco ser capaz de graduarse y hacer justamente lo que hace el profesor, el maestro que le ha enseñado. Así pues, debe seguir a su maestro, oír lo que le dice y ver lo que él hace y cómo lo hace. El discípulo tiene que renunciar a su propia vida si quiere conseguir otra. No se puede ser discípulo a distancia. Uno entra en una relación que le obliga y le transforma hasta la vida, tanto si se quiere como si no. Aquí no es suficiente con un culto una vez a la semana o campañas ocasionales. Cada día es una clase con Jesús. Y no se está solo, sino en compañía de otros discípulos. Y a estos discípulos no los hemos elegido nosotros mismos, los ha elegido Jesús. Seguramente que Pedro no eligió a Bernabé, o que Andrés no eligió a Tomás, pero ahora estaban juntos, Jesús los había elegido. Ellos le seguían y Él les prometió hacerles pescadores de hombres.
Ulf Ekman

ORACIÓN: Dios mío, no quiero ser un espectador anónimo sino un seguidor tuyo. Enséñame cómo, dónde y cuándo voy a pescar hombres. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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