miércoles, 29 de febrero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 27 DE FEBRERO


PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS


“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”.


Mateo 6:12


Cada día cometemos errores. Cada día alguien comete alguna falta contra nosotros. Esto sucede todo el tiempo y es inevitable. Como creyente estás en Cristo y eres una nueva criatura. No eres más un pecador, pero pecas. El Perfecto vive en ti pero tú no eres perfecto. Tienes una nueva naturaleza, sin embargo tienes una carne que no es salva. La carne es una parte de tu personalidad que continuamente quiere tomar su propio camino y continuamente rehúsa rendirse ante Dios. Y de ahí se derivan continuos conflictos y problemas.

De la misma manera que necesitas ser sensible frente a Dios y rápidamente pedirle perdón, así debes ser rápido para perdonar a otros. El perdón debe ser incondicional. No perdonamos porque se han arrepentido, o pedido disculpas. Uno solamente perdona. Y si uno ha perdonado esto no conlleva que el otro automáticamente cambia. Tal vez nunca suceda. Pero sin embargo debemos perdonar. Cuando tú perdonas te liberas tú mismo y al otro. Te liberas de la amargura, la decepción, del rencor y la intransigencia.

Algunos se pierden esto y esperan toda la vida que el otro cambie o se arrepienta. Mantienen cosas contra el otro toda la vida y no ven cómo ellos mismos han quedado atrapados en su propia justicia y están presos en ella. Todo, mientras que el otro sigue adelante, ha recibido perdón si lo ha pedido, y continúa creciendo en el Señor. No retengas nada contra otro, esto solamente va a dañar tu propio crecimiento espiritual. Ora por tus enemigos y bendice a aquellos que hablan mal de ti. Suelta el agravio, no te indignes. Olvida los reproches y camina adelante libre en el Señor.


Ulf Ekman


ORACIÓN: Padre, ayúdame a soltar, olvidar y perdonar tan profundamente que cuando me encuentre con viejos enemigos me alegre y no venga a mi memoria lo que tuve contra ellos y lo que ellos tenían contra mí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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