lunes, 6 de febrero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 6 DE FEBRERO


LA SINAGOGA EN NAZARET

“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17Y se le dio el libro del profeta Isaías…”
Lucas 4:16:17

Jesús creció en el pequeño y oscuro pueblo de Nazaret. Un lugar remoto y polvoriento apenas digno de mención, lejos de las principales vías de comunicación y de la influencia de las grandes ciudades. La introspección de los pequeños pueblos, sus prejuicios y curiosidad se extendían como un olor húmedo y viciado sobre la gente. ¿Puede venir algo bueno de Nazaret? Todos se conocían y ninguno consideraba al otro como algo especial. Era como si una red colectiva de incredulidad inexorablemente y sin excepción envolviera a cada persona. Nadie pretendía elevarse por encima del otro. Nadie pretendía realmente ser nada en esta atmósfera tan asfixiante. Que María se quedara en Nazaret a pesar de su reputación por la venida de Jesús demuestra realmente lo fuerte que era.
Entonces llegó el día cuando Jesús hace su aparición. Todos los ojos estaban fijos en Él. Los rumores acerca de Él se habían extendido, sobre todo desde que fue bautizado por Juan el Bautista. Ahora ya estaba aquí. Todos sabían quién era pero no todos le conocían. Todos tenían una opinión de Él, de Su vida y de Su familia. Pero sin embargo se sentían inseguros. La primitiva función de control y aceptación que mantiene a las sociedades pequeñas unidas, asegurándose que todos juegan sus roles asignados, ahora no se aplicaba. De repente, Jesús ya no encaja en ello. No era solamente por lo que lee en el libro de Isaías, sino el comentario que hace: se trata de este lugar, de este momento, se trataba de Él.
La rabia contra Él brota como una ola desde todos los rincones de la pequeña sinagoga. El desprecio por la verdad surgió de repente. Incluso querían tirarle por un precipicio. La luz brilló con demasiada intensidad, la incredulidad quedó también demasiado expuesta. La verdad era muy incómoda. Pero Jesús fue levantado por encima de las alas de la oposición. Su identidad provenía del cielo, no de Nazaret. Su familia se encontraba por todas partes donde alguien estaba dispuesto a recibirlo. La oposición fue el trampolín que le introdujo directamente al plan de Dios para Él. La incomprensión de Nazaret se convirtió en la puerta abierta a un mundo más amplio y más grande.
Ulf Ekman

ORACIÓN: Señor, ayúdame para que la oposición no me amedrante. Los obstáculos son oportunidades. Las montañas son puntos para ver el horizonte. Las dificultades puntos de partida para nuevas victorias. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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