viernes, 3 de febrero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 2 DE FEBRERO


EL ESTABLO

“Esto os servirá de señal; hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre”.
Lucas 2:12


Todo lo grande empieza en lo pequeño. Todo lo glorioso en el principio parece insignificante. Dios se encuentra en los pequeños detalles de la vida y por medio de ellos hace algo grande. El que solo tiene ojos para ver los detalles se pierde la totalidad. Y el que solo quiere ver lo grande se pierde los matices de la vida. Lo importante es ver lo pequeño en lo grande y lo grande en lo pequeño.
Lo más grande de todo comenzó en un establo. Un establo que seguramente olía a estiércol. Podía también ser frío, húmedo e incómodo. Un lugar en donde al ser más poderoso de este mundo nunca se le buscaría. Era un lugar que estaba por debajo de su dignidad. Pero aquel que se iba a identificar con todos los seres humanos de todos los tiempos, países o culturas, nació en un establo. Se le acostó entre el heno y la paja. No había allí nada hermoso. Ningún cuadro decorativo. Nada estéticamente estimulante. Todo lo contrario, se alojaron ahí porque no había lugar para ellos en el mesón. Nadie tenía tiempo para su llegada. Nadie tenía curiosidad por su nacimiento. Pero a pesar de ello, cuando el tiempo estaba cumplido, el tiempo de Dios, Dios envió a Su Hijo nacido bajo la ley, para que redimiera a aquellos que estaban bajo la ley y así pudiéramos tener los derechos de adopción como hijos.
Toda esta imponente campaña de liberación comenzó en un pequeño establo. Es todo tan sencillo que pareciera chocante. Se puede convertir en piedra de tropiezo o en piedra angular, una roca de salvación. ¿Qué significa esto para ti? Muchos hacen caso omiso de este acontecimiento, otros no lo tienen en cuenta para nada. Pero algunos caen de rodillas y Le adoran. ¡Haz tú lo mismo!
Ulf Ekman

ORACIÓN: Dios, que enviaste a Tu Hijo para liberarnos. Tú que viniste a lo pequeño para ponernos en lo grande. Ayúdame para ser lleno de admiración por ver que el niño que nos es nacido es el Hijo que nos ha sido dado. Ayúdame para que mi vida entera la incline ante Él. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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