miércoles, 29 de febrero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 28 DE FEBRERO



LÍBRANOS DEL MAL


“Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal”.


Mateo 6:13ª


Esta es la última petición del Padre nuestro. Después de esto Jesús vuelve a alabar al Padre por Su reino, el poder y la gloria lo cual nos enseña a empezar y terminar nuestra oración con alabanza y adoración y a tener nuestros ojos espirituales puestos en Dios y no solamente en nuestras necesidades.

En esta última petición Jesús nos enseña que debemos pedir protección contra los ataques satánicos. La vida no consiste solamente en alabanza ante el rostro de Dios. Es una continua batalla contra los dardos ardientes del diablo. Es de ignorantes creer que se puede vivir la vida cristiana sin luchas. El que no quiere contar con los ataques y la existencia de un enemigo es un insensato. Jesús habla frecuentemente sobre esto y toda la Biblia está llena de ejemplos. El que hablemos del diablo no significa que le ensalzamos. No, nosotros ensalzamos a Jesús, pero somos conscientes de lo que los imitadores del enemigo son, hacen y preparan. Nadie sale a la guerra sin conocimiento del enemigo.

Existen diferentes tipos de tentaciones y pruebas. Una parte de esas pruebas vienen de Dios. Son como los exámenes escolares. Si llevo de casa la lección bien aprendida no necesito tener miedo al examen. Pero si no apruebo el examen, no puedo continuar. Otras tentaciones son dardos ardientes que desde la profundidad del infierno se disparan contra mí para destruirme. Sin protección yo nunca puedo librarme. Solo no puedo hacer frente a Goliat, pero con el Señor como mi Fortaleza, Goliat no es un problema. Por eso el Señor me ha dado toda la armadura espiritual como está escrito en la carta a los Efesios capítulo 6, para que pueda ser capaz de mantenerme firme, sostener mi condición y rechazar todos los ataques. Recuerda que Jesús dio a sus discípulos autoridad para que en su Nombre hollaran todo dominio y poder del enemigo y sus huestes. Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor porque diariamente me guardas de todo lo malo y me guías lejos de la tentación para que pueda vivir en pureza delante de Ti. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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