jueves, 23 de febrero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 23 DE FEBRERO



ASÍ DEBEMOS ORAR


“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

Mateo 6:6


Muchas veces Jesús enseñaba a sus discípulos acerca de la oración. La oración es la clave para la victoria en el reino de Dios. En el Sermón del Monte enseñó a sus discípulos la oración del Padre nuestro. En Lucas 11:1 se dice que uno de los discípulos dijo a Jesús: “enséñanos a orar”. Orar es algo que se debe aprender. No surge por sí mismo. Jesús oró todo el tiempo. Se levantó temprano por la mañana para orar. Pasó las noches enteras orando cuando tuvo que escoger a sus discípulos. Él oraba regularmente en la Sinagoga y participaba también en la oración en el Templo. Oraba en cada ocasión importante y en cada encrucijada de Su vida. Él oró en situaciones de crisis, como en Getsemaní.

La vida de Jesús estaba impregnada de oración. Su vida es el mejor ejemplo que existe de una vida de oración. Hablaba constantemente con su Padre y su Padre hablaba con Él. Jesús oraba de muy diferentes maneras. A veces en silencio, a veces llorando, a veces con alegría, a veces en voz alta. A veces oraba citando la Escritura; siempre lo hizo de acuerdo a la Palabra de Dios. Él sabía que nada de lo que sus discípulos hicieran llegaría a realizarse a menos que tuvieran una vida de oración funcionando.

En el mundo vale la inteligencia, la fortaleza, el dinero y los contactos. En el reino de Dios vale la correcta relación con Dios, y esa surge a través de la oración. Todo lo que no tenemos, lo tiene Dios; todo lo que necesitamos, nos lo da Él. Una y otra vez Jesús habló a los discípulos acerca de la importancia de la oración. Su vida de oración sería su fortaleza. Todo avance surgiría como resultado de la oración. Todo el Sermón del Monte respira oración:”Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá… ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:7,11)


Ulf Ekman


ORACIÓN: Señor, ayúdame a orar, y enséñame a hacerlo. Hazme un adorador y un intercesor. Permite que el espíritu de oración venga fuertemente sobre vida. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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