jueves, 12 de enero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 11 DE ENERO



NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS


“Y dijo JHWH: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.”

Génesis 11:6


A pesar del estado en que se encuentre Dios habla a favor de los seres humanos. Cuando habló de los hombres que edificaban la torre de Babel, que no eran precisamente héroes de la fe, sino pecadores que se habían unido en rebeldía contra Él, aún dice:”…y de aquí en adelante nada les será imposible, sea lo que fuere que se determinen a realizar”. Con otras palabras, el hombre natural tiene una capacidad enorme que le ha sido otorgada divinamente aún estando en rebeldía contra Dios y teniendo un corazón como el descrito en Génesis 5:6, texto de la meditación de ayer: “Y vio JHWH que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. En la creación, Dios nos dio la capacidad de romper cada limitación. El hombre viajó a la Luna verdaderamente en Génesis 11:6. Y si esto se refiere al hombre natural, ¡cuánto más no tendrá vigencia esta aseveración divina para el creyente!

Si no reconocemos que el pecado es una realidad, no podremos comprender que la redención en Cristo es aún más real todavía. Si no comprendemos esto nunca comprenderemos en toda su magnitud todo lo que Dios ha pensado para nosotros. En Cristo tú llegas a ser lo que estaba determinado que fueras. En Él puedes y comprendes más de lo que has hecho hasta aquí. Las limitaciones e impedimentos no son definitivos. Están ahí, pero realmente son el punto de partida para nuevos avances y conquistas en tu vida. Dios te ha creado para que conquistes la creación, para alcanzar nuevas alturas, lograr nuevas victorias y ocupar nuevas áreas. Cuando entregas al Señor tu vida el poder dominante del pecado sobre ella se rompe y el punto de partida viene a ser totalmente distinto: NADA ES IMPOSIBLE.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor, porque en Ti y contigo no existe limitación alguna. Tú tienes tanto para mí que aún no he llegado a alcanzar y contigo me extiendo a nuevos horizontes. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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