miércoles, 4 de enero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 4 DE ENERO



DIOS ES UN BUEN DIOS


“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.


Santiago 1:17


Con cierta frecuencia se puede escuchar a la gente, con innegables gotas de amargura en su voz, culpando a Dios por todo. A veces son personas que se confiesan ateos o que no quieren vivir cerca de Él. Tal vez durante toda su vida han sido negligentes o se han mostrado indiferentes hacia Dios. Pero a veces surgen tristezas o catástrofes en sus vidas y el tejido existencial se rompe. Aquello que parecía firme como una roca para ellos realmente era suelo resbaladizo y arena movediza. Entonces lanzan sus quejas al viento contra ese Dios desconocido: “Si Dios existe ¿cómo puede permitir esto? ¿Cómo Dios puede hacer así?”

El hombre en su pequeñez tiene fácil levantarse y erigirse juez sobre Dios. Dios nos ha creado con nuestra mente y conocimiento y estos los volvemos contra Él y le acusamos. Así de patético, y fundamentalmente así de errado: como que la criatura, quiere poner en el banquillo al Creador. Pero Dios es lleno de gracia, paciencia y misericordia, igual que una madre paciente que cambia los pañales a sus niños rabiosos y chillones. Los hijos no son conscientes de que no se arreglarían ni un solo minuto sin su madre. Así somos nosotros a veces, orgullosamente censuramos lo que nos rodea y levantamos un dedo acusador contra Dios si las cosas no suceden como nosotros queremos.

La Biblia dice que toda buena dádiva viene de Dios, no que todo lo que sucede viene de Él. Él puede usar todo, pero Él no envía todo. Su bondad es constante. Su esencia es inmutable. Él Señor ama a todos por igual y quiere el bien para todos. Él tiene riquezas para dar a todos los que invocan Su nombre.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Guárdame hoy de toda falsa reclamación hacia Ti ¡Oh Dios! Tú eres mi Dios y todo lo bueno viene de Ti. Ayúdame para ser agradecido continuamente por tus bondades. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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