viernes, 27 de enero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 26 DE ENERO


DIOS, EL ETERNO

“Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de JHWH Dios eterno”.
Génesis 21:33


La eternidad siempre ha fascinado a los hombres. Sabemos instintivamente que hemos sido creados para vivir eternamente. Nadie quiere morir. Nadie quiere desaparecer. Nadie quiere ser intrascendente. Nadie quiere sentirse como un accidente, una simple bagatela o como un animal irracional. Sabemos que hemos sido creados para algo superior, algo más que todo eso. Dios nos ha creado para ser Su imagen. Él nos ha dotado de talentos, propiedades o cualidades que anhela que expresemos.
El Creador ha puesto en el hombre Su genial capacidad creadora. Pero más que eso, Él nos ha creado para la eternidad. Él, EL ETERNO nos ha creado para que vivamos por toda la eternidad en comunión con Él. La necesidad de relacionarse está profundamente arraigada en cada persona. La búsqueda de relación pone esto de manifiesto vez tras vez. Pero la búsqueda más honda, con diferencia, es la profunda necesidad de Dios. Es por eso que Jesús dice en Juan 17:3 “Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. La vida eterna no es solamente un espacio de tiempo infinito, sino una calidad de vida, una profunda e íntima comunión con el Eterno. Jesús llama a esta vida, vida en abundancia.
Esta vida abundante de Dios, zoé, viene enteramente del ETERNO. De Él fluye esta vida hacia el hombre cuando recibe a Jesús como su Salvador y Señor. La eterna y abundante vida viene del Espíritu de Dios que viene a habitar en el hombre cuando nacemos de nuevo. A partir de ese momento se establece una comunión sobrenatural, una vida sobrenatural que alcanza hasta la eternidad; más allá de la muerte, y que durará por toda la eternidad y para siempre. Para esto hemos sido creados y si perdemos esto, perdemos todo; no importa lo mucho que hubiéramos alcanzado en esta vida. La eternidad, es permanente, un principio eterno, que nunca termina y que solamente aumenta en gloria.
Ulf Ekman

ORACIÓN: Señor, te alabo porque estaré un día contigo por la eternidad. Permite que pueda ayudar a muchos a pasar la eternidad contigo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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