viernes, 20 de enero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 19 DE ENERO


EL SEÑOR, TU SANADOR
“y dijo: Si oyeres atentamente la voz de JHWH tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy JHWH tu sanador” (porque yo soy el que siempre te sano).
Éxodo 15:26

El primer nombre que el Señor reveló a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto fue: EL SEÑOR TÚ SANADOR. Él nunca cambia. Él es el mismo hoy. Durante el tiempo que ha estado en el olvido la revelación de que el Señor es nuestro sanador el pueblo de Dios sufrió mucho. En la confluencia de una atmósfera de escepticismo y de incredulidad que se había creado se hacía muy difícil para las personas esperar sanidades milagrosas del Señor. Así era cuando Jesús llegó a la sinagoga de Nazaret. Está escrito en Marcos 6:5 “…y no pudo hacer allí ningún milagro…” No está escrito que Jesús no quiso, dice que no pudo. Quedó asombrado de la incredulidad de ellos.
La Incredulidad y la falta de expectativas durante muchas generaciones nos han privado de mucho de lo que la Cruz nos ha dado. Jesús llevó sobre sí mismo nuestras enfermedades cuando murió en el Gólgota, y por sus heridas hemos recibido sanidad; no solamente espiritual sino también física. Jesús nos mostró esto cuando “…anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38). Quiere decir que el cielo está abierto sobre ti para que participes de la sanidad divina. Que Jesús está sentado a la diestra del Padre para rogar por ti aún respecto a tu sanidad física.
El Espíritu Santo es el poder de Dios que fluye sobre tu cuerpo, toca tus órganos y opera la sanidad en ti. Él te toca justamente ahora. Justamente ahora hay sanidad para ti. Justamente ahora puedes sencillamente experimentar un milagro en tu cuerpo. ¿Por qué? Porque EL SEÑOR ES TU SANADOR.
Ulf Ekman

ORACIÓN: En el Nombre de Jesús y en base a todas las promesas de Dios, recibo ahora la sanidad para mi cuerpo. Te doy las gracias Señor porque Tú eres mi sanador. Tócame ahora. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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