DEVOCIONAL DÍA 18 DE ENERO

EL SEÑOR ES TÚ PAZ
“…y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”.
Isaías 9:6
No hay paz, no hay tranquilidad, sino una lucha continua. Dios lucha, gana y establece la paz. La palabra paz (tranquilidad interna) y tranquilidad (externa) en hebreo y griego son una y la misma palabra. Dios da paz tanto interna como externamente. Primero paz interior: el reino de Dios está en nuestro interior. Después quietud exterior: el Príncipe de paz vendrá y vencerá al Anticristo, y el mundo tendrá paz por mil años.
En medio de tanta angustia y opresión la paz puede ser consejera. Cuando recibimos a Cristo obtenemos paz con Dios. Paz que sobrepasa todo entendimiento, guardando nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús. Paz es armonía, equilibrio, sosiego. Paz es orden, no caos. La paz es una dirección tranquila no una presión externa. Por medio de la paz nos lleva adelante el Señor. Él nos guía por medio de la paz. Sigue la paz. Cuando te falte, párate. Permite que la paz vuelva y después ve hacia adelante otra vez. La paz no es un jardín conventual ni una idílica pero inmóvil situación; tampoco es una huída de los agobios y compromisos diarios, sino una fuerza sobrenatural para guardar la quietud, la fuerza, el amor y entusiasmo a pesar de todo lo que se desgarre y deteriore a tu alrededor. A pesar de las contrariedades, la incomprensión, indiferencia o rechazo de los demás.
La paz que viene de Dios es una parte de Su propia naturaleza. Dios nunca se pone nervioso. El no se afecta por el miedo y con Él nosotros tampoco. El Señor es mi ayudador, no temeré ¿qué puede hacerme el hombre? Jesús dio a Sus discípulos Su paz; no como el mundo la da, sino de una manera abundante y permanente.
Ulf Ekman

ORACIÓN: Jesús, Tú eres mi paz. Permite que Tú Espíritu selle la paz en mi vida para que pueda vivir en paz con todo el mundo a mi alrededor. En Tu Nombre ¡AMÉN!