viernes, 13 de enero de 2012

DEVOCIONAL DÍA 12 DE ENERO



ABRAHAM-AMIGO DE DIOS

“Pero JHWH había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendecido. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

Génesis 12:1-3


El plan de Dios era que toda la humanidad viviera en Su bendición. Por el pecado entró la muerte en la creación y el hombre acabó en oscuridad. Ahí comenzó Dios el enorme trabajo de rehabilitación para sacar al hombre de la maldición y ponerle bajo Su paraguas de bendición. Por eso buscó a Abram e hizo un pacto con él. A través de Abram bendeciría a la humanidad.
Abraham no podía presentar ninguna excelencia ni capacidad. Era viejo y no tenía ningún hijo. No había nada sobre lo que cimentar en lo natural. Esto es lo maravilloso de Dios. Él no construye sobre el frágil fundamento humano. Por eso hay esperanza para todos nosotros. En lo que concierne a la capacidad de tener hijos Abraham y Sara estaban como muertos. Por ellos mismos nunca podrían ser el origen de un gran pueblo. Nunca podrían por ellos mismos ser de bendición para la humanidad. Esto iba más allá de sus capacidades y además hubiera producido una gran desesperación en sus vidas.
¿Cómo puede pedirme Dios algo que yo mismo no puedo alcanzar? Llegado a este punto es donde muchos se disculpan, renuncian y empiezan a hablar contra Dios. Sin embargo Abram no lo hizo (por lo que recibió el nombre de Abraham que significa: padre de multitudes). Abraham escuchó y se aferró al propósito de Dios para él, creyó lo que Dios le dijo y obedeció. Por eso fue declarado justo. Él no confió en su propia capacidad para lograrlo sino que estaba convencido de que lo que Dios le había prometido era también poderoso para cumplirlo. Por eso se convirtió en modelo para nosotros, nuestro ejemplo y el padre de nuestra fe. Por ello llegó a ser amigo de Dios. Esto es lo que agrada a Dios, cuando creemos, confiamos y esperamos en Él.
Ulf Ekman

ORACIÓN: Gracias Señor por tus promesas que me ayudan a entender los planes que tienes para mí. Las reclamo y confío porque Tú siempre las cumples. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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