DEVOCIONAL DÍA 5 DE ENERO

UN DIOS DESCONOCIDO

“Porque pasando y mirando vuestros santuarios hallé también un altar en el cual estaba la inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO; al que vosotros adoráis pues sin conocerle, es a quien yo os anuncio”.

Hechos 17:23

En Atenas, entre otros altares y para asegurarse, levantaron un altar AL DIOS NO CONOCIDO. Todavía hoy se puede ver esto en Europa. Por todas partes hay iglesias y monumentos cristianos. En los medios de comunicación se menciona a Dios y representantes religiosos establecen debates. Pero para la gran masa Dios es desconocido. En Hechos de los Apóstoles 17:27 dice:”… aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”. Una idea muy antigua es que Dios está en algún lugar lejos del Universo. Y sí, Él está en el cielo. Él es real. Dios es desde la eternidad y vive en el cielo de luz donde nadie por sí mismo puede llegar. Pero también está cerca de cada uno, no solamente de los creyentes sino cerca de cada individuo, “porque en Él vivimos, nos movemos y somos”. Sin Él no podemos respirar, pensar, conocer o actuar. A pesar de ello no le vemos con nuestros ojos. Igual que la electricidad que está continuamente disponible en los enchufes de nuestra casa pero tenemos que conectarlos a la corriente. Así tenemos que reivindicar este derecho.

Dios tiene rostro. Dios no es un “algo” desconocido o irreal. Pero para la mayoría es desconocido, aún para aquellos a quienes Él se acerca puede continuar siendo desconocido. El conocimiento puede ser solamente superficial. Entonces la vida es fluctuante, frustrada y al final vana. El propósito de la vida es conocer a Dios íntimamente. Entonces podemos decir como David en el Salmo 73:25 “A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Igual que la presencia de un amigo trae alegría y satisfacción, así Dios da satisfacción cuando deja de ser desconocido para mí.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Dios mío, permite que hoy aprenda a conocer algo nuevo de Ti. Permite que Tú presencia se manifieste y satisfaga mi vida. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!