DEVOCIONAL DÍA 20 DE ENERO

EL SEÑOR TU JUSTICIA

“En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado, y este será su nombre con el cual le llamarán: El Señor, justicia nuestra”.

Jeremías 23:6

La gloria del Señor nos quema como humanos que somos. Igual que Isaías, vemos que no podemos sostenernos frente al grado de santidad de Dios. Tenemos labios inmundos y vivimos a veces entre un pueblo que también tiene labios inmundos.
Dios es justo. Él tiene que condenar el pecado. El trata a todos justamente y por igual. En nosotros mismos no tenemos ninguna posibilidad. Pero sucedió algo maravilloso: El Señor es nuestra justicia. ¿Qué significa esto? Significa que el Justo envió a Su Hijo. Este anduvo por el mundo sin pecado ni culpa. Por eso pudo sustituirnos tomando sobre Sí todas nuestras iniquidades.
Él fue juzgado injustamente por culpa de que cargó con nuestro pecado. Por esta causa Dios pudo declarar justa a toda la humanidad. La declaración de que hemos sido justificados se recibe por la fe y no por obras cuando aceptamos lo que el Señor ha hecho por nosotros en la cruz. Así que nosotros que éramos injustos, hemos sido declarados justos en Cristo. Jesús fue hecho nuestra justicia y nosotros por la fe en Él recibimos Su justificación. Esto significa que ya nunca más habrá un juicio de faltas para aquel que está en Cristo.
Lo que nosotros habíamos perdido Él lo ganó de nuevo para nosotros. Él cumplió con lo que nosotros teníamos que haber cumplido. En Él y por Su obra redentora podemos ser libres y entrar a la Presencia de Dios sin sentimiento de culpa, vergüenza o inferioridad. Estamos delante de Dios libres, limpios, liberados, gozosos y sin miedo en base a que Él, El Justo, nos ha dado Su justificación.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Gracias Señor porque Tú me ha dado Tu justificación. Gracias por tan inefable don por el que pagaste tan alto precio. Gracias por lo que has hecho por mí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!